MÁLAGA, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -
Los alumnos de Escaparatismo, Amueblamiento e Ilustración de la Escuela de Arte de San Telmo han participado, por segundo año consecutivo, en la decoración de la tienda del Museo Carmen Thyssen Málaga con motivo de la reciente inauguración de la muestra temporal 'Japón. Grabados y objetos de arte', que ha inspirado ese trabajo.
El elemento central empleado en esta ocasión para los dos escaparates de la tienda son las cometas Edo (Edo-Dako), que han sido utilizadas a lo largo del tiempo para celebrar los acontecimientos sociales en Japón desde los primeros periodos shogunales, alcanzando su máximo desarrollo durante el periodo Edo, según han explicado desde la pinacoteca.
Las cometas Edo se realizaban en bambú y papel washi, sobre el que se pintaba los motivos elegidos imitando el estilo de los artistas de ukiyo-e más reconocidos del momento, han precisado en un comunicado.
Algunos de los temas favoritos eran los héroes históricos --guerreros/samurais-- al estilo de los grabados de Kuniyoshi, las bijin, las bellezas de los barrios de entretenimiento, o los retratos de los actores de Kabuki más populares de la época. Una de sus características más significativas es que este tipo de cometas, a diferencia de las occidentales, carecen de cola.
Las utilizadas para decorar la tienda son reproducciones simplificadas de menor tamaño que las originales de tipo Edo, y han sido realizadas a mano por los alumnos de Escaparatismo siguiendo un patrón original del siglo XIX.
La estructura es de caña y de papel, y han sido los alumnos de Ilustración los encargados de pintarlas a mano, reproduciendo seis de los grabados expuestos en la Sala Noble de la pinacoteca.
Asimismo, sobre el cristal del escaparate del lateral del museo, se ha llevado a cabo la reproducción de una adaptación del grabado 'La gran ola de Kanagawa', del artista Katsushita Hokusai.
El motivo de dicha elección está relacionado con el hecho de que se trata del grabado más reconocible en occidente de toda la producción de Hokusai, y por representar al que es, por su valor histórico, cultural y religioso, el emblema nacional de Japón, el Monte Fuji.
