CÓRDOBA 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los forenses que hicieron la autopsia al cuerpo de Tomás Pérez, el párroco de Villafranca de Córdoba que murió tras ser golpeado con un radiador, afirmaron hoy durante la vista oral que las lesiones y heridas sufridas por la víctima eran fruto de una reacción descontrolada del acusado, Vasile Tudose.
Según explicaron, el cuerpo tenía 16 heridas contusas en la cabeza y fue golpeado en al menos cinco o seis ocasiones. Además, existen diez ó 12 lesiones de defensa en las manos del párroco en su acción de protegerse, por lo que hubo "un intento activo de la víctima de repeler la agresión", lo que determina que no murió en el primer golpe.
Los especialistas afirmaron que se necesita "una cierta fuerza" para fracturar la base del cráneo, que sufrió Tomás Pérez, y que la causa de la muerte fue una parálisis cardiorrespiratoria tras haber sufrido la rotura de unos determinados vasos sanguíneos como consecuencia de los golpes.
En sus declaraciones aclararon que no se trató de una agresión dilatada en el tiempo, la muerte fue rápida, de unos diez ó 15 minutos, aunque tampoco fue fulminante. No descartaron que uno de los golpes fuera con un cenicero, elemento con el que, según el acusado, le advirtió en primer lugar que no siguiera en su petición de mantener unas determinadas relaciones sexuales porque si no "se iba a liar".
Finalmente, los forenses concretaron que fue el conjunto de los golpes recibidos los que ocasionaron la muerte, que se produjo entre las 22,30 y las 24,30 horas del 15 de julio de 2007.
Los hechos se remontan a esa fecha cuando Vasile y el párroco de Villafranca de Córdoba, Tomás Pérez, de 75 años, comenzaron una discusión en el domicilio de éste, que terminó con la muerte del cura tras ser golpeado en al menos cinco ocasiones con un radiador.
Vasile Tudose manifestó en su declaración que sólo quería defenderse de "una agresión física y moral", después de que la víctima supuestamente intentara obligarle a que le hiciera una felación. Añadió que no era su intención matarlo, y que se sintió "ido" por la influencia del alcohol que había consumido momentos antes del suceso.
Explicó que después del suceso cogió las llaves de uno de los coches del párroco y se dirigió a Madrid, hasta que finalmente fue detenido por la Guardia Civil en la estación de autobuses, según dijo, con un billete de vuelta para Córdoba donde tenía previsto entregarse en el cuartel de Villafranca.
Se prevé que el juicio termine mañana en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba, pendiente del veredicto del jurado popular.