Granada.- La Asociación Española de Bioética advierte de que la Junta de Andalucía abre "una puerta a la gran eutanasia"

Actualizado: viernes, 2 marzo 2007 15:54

Afirma que hay "una contradicción" entre el empeño del Gobierno por conservar la vida de De Juana Chaos y la decisión de la Junta

MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Asociación Española de Bioética (AEBI), el endocrinólogo Manuel de Santiago, advirtió hoy de que si se ejecuta la decisión de la Junta de Andalucía de retirar la sonda que mantiene con vida a Inmaculada Echevarría, la paciente ingresada en el Hospital San Rafael de Granada por una distrofia muscular progresiva, se estará abriendo "un portillo a la gran eutanasia".

En declaraciones a Europa Press Televisión, De Santiago se mostró convencido de que la decisión de la Consejería de Salud andaluza creará un precedente que "puede llevar a una situación de degradación del derecho a la vida tremenda" y afectar a "miles y miles de pacientes" cuya enfermedad puede llevarles a "una situación depresiva que les quite" las ganas de vivir.

"Acceder a la petición de esta enferma representa un extraordinario daño al bien común de la sociedad, a la profesión médica y al propio derecho", subrayó.

Para este médico, la situación de la paciente no es un caso de eutanasia pasiva indirecta, tal y como ha dictaminado el Consejo Consultivo de Andalucía, ya que, según relató, "no existe la eutanasia pasiva".

"El acto de retirar la sonda que le permite respirar es un claro acto de eutanasia activa, de homicidio y que está penado por la ley", prosiguió De Santiago, quien insistió en el hecho de que "la libertad de suicidarse está penada en el Código Penal", recalcó. Además, apuntó que Inmaculada no está en situación terminal y, por tanto, aún puede vivir conectada al respirador.

CONTRADICCIÓN CON EL CASO DE JUANA

En este sentido, denunció que en España "se está viviendo una contradicción extraordinaria entre el caso del terrorista De Juana Chaos" en el que el Gobierno "lucha" por conservarle la vida, y "el caso de esta pobre señora", en el que "la ley parece sugerir o imponer el que se le pueda quitar la vida".

Según explicó De Santiago, "el derecho no tiene por qué ser limitado, ser sometido a la voluntad autonomista, radical de un paciente. Si se permite ésta eutanasia se abrirá un portillo a la gran eutanasia, a través de un mecanismo que está ocurriendo en todo el mundo: la pendiente deslizante".

Así, afirmó que "la autonomía del paciente no es radical, tiene límites" y, por tanto, se mostró esperanzado de que "algún organismo de la organización médica colegial, algún partido político o alguna instancia, eleve al Tribunal Supremo o al Constitucional algún recurso urgente de súplica". "Si se produce la ejecución de esta decisión el daño causado en la sociedad será irreparable", subrayó.

En este sentido, se refirió al caso de Holanda, país en el que, según dijo, "la mitad de las eutanasias no se comunican al Estado". Además, lamentó que los médicos adquirirán, de concretarse esta decisión, "una capacidad sorprendente de poder matar, de poder acabar con la vida de las personas". "El Estado de ninguna manera puede permitir la eutanasia voluntaria. Se produce un derrumbamiento de los derechos humanos y es algo muy grave", concluyó.