Escena de 'El bar que se tragó a todos los españoles', de Alfredo Sanzol - JUNTA
SEVILLA, 7 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Teatro Central, espacio escénico de la Consejería de Cultura y Patrimonio
Histórico, gestionado por la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, abre
sus puertas los días 10 y 11 de abril a las 12,00 horas, a Alfredo Sanzol y al
Centro Dramático Nacional en la obra 'El bar que se tragó a todos los
españoles'.
Sanzol se pone al frente de esta nueva dramaturgia inspirada en la vida de su
propio padre, que narra el periplo de un sacerdote navarro que decide
secularizarse y reconstruir su vida, explica el espacio escénico en un comunicado.
"Esta historia está inspirada en las aventuras de mi padre; fue cura y nunca
llegué a hablar con él del tema. De alguna manera esta función quiere restituir
ese silencio. Es un homenaje a la fuerza y a la valentía que tuvo para darse a
sí mismo una segunda oportunidad", ha afirmado Sanzol
El dramaturgo define así el trasfondo de 'El bar que se tragó a todos los españoles', su nueva pieza y primera creación como director del Centro Dramático Nacional.
Ambientada en los años 60, la obra ofrece un retrato de los últimos años del
franquismo en clave de comedia a través de las vivencias de un cura navarro que con 33 años siente la necesidad de reconstruir su vida, así que decide dejar el sacerdocio, y viajar a Estados Unidos para aprender inglés y marketing. "Su motor principal es descubrir qué es la libertad para poder sentirse dueño de su vida", apunta Sanzol, para quien "la historia de Jorge Arizmendi es una historia de crecimiento y transformación personal que simboliza la historia de crecimiento y transformación personal de toda una sociedad".
Sanzol dirige a un elenco coral integrado por: Francesco Carril en el papel de
Jorge Arizmendi, al que acompañan Elena González, Natalia Huarte, David Lorente, Nuria Mencía, Jesús Noguero, Albert Ribalta, Jimmy Roca y Camila Viyuela, quienes despliegan hasta cincuenta personajes de las más variadas características. Curas, camareros, cantantes de blues, mangantes, un gurú del marketing, escritoras, telefonistas, rancheros y hasta el propio Martin Luther King componen este universo de voces que acompañan al protagonista en su viaje personal y físico que nos lleva desde Navarra hasta la América profunda y desde Madrid hasta el mismo Vaticano.
Sanzol destaca también el trabajo del equipo artístico, muchos de ellos
habituales de sus montajes: desde la "escenografía maravillosa" de Alejandro
Andújar --responsable también del vestuario--, "un bar que se va transformando y es un personaje más de la función", pasando por la "potente caracterización" de los personajes a cargo de Chema Noci o la iluminación de Pedro Yagüe hasta la música de Fernando Velázquez y el diseño de sonido de Sandra Vicente, que "crean una atmósfera muy bestia que despierta las ganas de quedarte con los personajes en ese mundo", ha añadido el director y dramaturgo.