El Ayuntamiento expresa sus "condolencias" por la muerte de esta "figura clave del deporte"

Actualizado: miércoles, 21 abril 2010 19:35

SEVILLA, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Ayuntamiento de Sevilla expresó hoy sus "condolencias" por el fallecimiento del ex-presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Juan Antonio Samaranch, "figura clave del deporte" que murió hoy en su ciudad natal, Barcelona, a la edad de 89 años.

Desde el Ayuntamiento se señaló a Europa Press que el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE), lamentó la pérdida de esta "figura clave en el mundo deportivo nacional e internacional". Así, el primer edil de la capital hispalense acudirá al funeral Samaranch que tendrá lugar mañana jueves a las 18,00 horas en la Catedral de Barcelona.

Juan Antonio Samaranch (Barcelona, 1920) se erigió, en sus 21 años al frente del COI, en el modernizador de los Juegos Olímpicos y en padre del movimiento olímpico español, que tuvo como colofón los Juegos de Barcelona en 1992.

Hábil negociador, reorganizó la institución heredada del barón de Coubertain dando entrada a los países del bloque comunista, multiplicando el presupuesto de la institución y convirtiendo la gran cita deportiva en un gran espectáculo mediático mundial.

También brilló en otras esferas y destacó en todo lo que se propuso, como en la política --como presidente de la Diputación Provincial en Barcelona y como embajador--, y en las finanzas, llegando a ocupar la presidencia de La Caixa.

Samaranch nació en la Ciudad Condal el 17 de julio de 1920, año en que se recuperaban los Juegos Olímpicos tras la I Guerra Mundial, en las Olimpiadas de Amberes (Bélgica).

Hijo de una acomodada familia de Barcelona, se diplomó en Comercio en la escuela de negocios IESE. Hablaba inglés y francés, y tenía nociones de alemán y ruso.

Antes de convertirse en uno de los presidentes del COI más longevos, empezó en la base del deporte, concretamente en la disciplina del hockey.

21 AÑOS AL FRENTE DEL COI

Durante su mandato a lo largo de 21 años, fue un indiscutible gran gestor del deporte y digno heredero del barón de Coubertain (el gran impulsor de las Olimpiadas), con éxitos como la consolidación y modernización de los Juegos, que cuando tomó posesión del cargo en 1980, se debatían entre grandes problemas de unidad y de concepto.

Bajo su mando los países miembros pasaron de 141 a 200; doce mujeres entraron en el Comité, donde antes no había ninguna. En 1980 el presupuesto era de cinco millones de francos, por 40 cuando dejó el COI.

BARCELONA'92

Barcelona '92 significó que toda España se volcara con el deporte, y el resultado fue un enorme éxito tanto deportivo (con 23 medallas) como organizativo.

Desde el Gobierno se aplicaron las medidas necesarias para que la preparación de los deportistas españoles fuera óptima. De hecho, fueron catalogados por él mismo en la ceremonia de clausura como "los mejores de la historia" hasta entonces, y se recordarán como los de la cordialidad y de apertura al profesionalismo.