El escritor Emilio Durán pone en pie sus reflexiones sobre el tiempo y el amor en la novela 'Campos de gules'

Actualizado: lunes, 8 noviembre 2010 16:15

SEVILLA, 8 Nov. (EUROPA PRESS) -

El escritor sevillano Emilio Durán presenta este lunes en Sevilla su último trabajo narrativo, 'Campos de gules', editado por Paréntesis, donde pone en pie algunas ideas propias sobre el tiempo y el amor.

De esta manera, en una entrevista concedida a Europa Press, el autor de 'Cartas son cartas', Premio Miguel Hernández, ha indicado que la obra recoge "un retablo con dos tablas", en las que una de ellas es el amor y la otra el tiempo, enlazadas "con dosis de imaginación suficiente como para no poderla catalogarla como obra realista", ha precisado.

En 'Campo de gules' el tiempo es una magnitud tan fluida y elástica que lo mismo "consiente a muchos de sus personajes combatir en Las Navas de Tolosa o Alarcos que asomarse al tiempo de la francesada o al cainita año 1936". Por encima del tiempo y de las circunstancias, en la obra de Durán una muchacha contemporánea y un arriscado noble del siglo XIII son capaces de llegar a vivir un intenso amor por encima de las inmensas barreras que los separan.

En este sentido, el escritor sevillano cree que "el amor es atemporal y no está limitado a un periodo histórico ni a una edad determinada". Asimismo, añade que es "un sentimiento que está por encima de las coordenadas espacio-temporales".

Además, Durán ha explicado que la obra puede verse como "una metáfora del sentimiento que puede traspasar las fronteras de lo real y cronológico". Por otro lado, ha añadido que el amor es "un eje tanto como el tiempo, es decir, dos nociones misteriosas que no se pueden concretar".

Durán, autor de 'Plaza del Cabildo', ha apuntado que, en principio, ha tratado de "aliviar al lector de pesadez y hacer más llevadera la obra", si bien el lector más avisado puede ver "a través de la narración más llevadera y profunda vetas de profundidad superior a la anterior, pero más disimulada que en la obra anteriormente citada".

En referencia a la exigencia de la obra sobre el lector, ha manifestado que el lector es "un concepto excesivamente amplío, ya que hay quienes resbalan por la peripecia externa de la novela y quienes se adentran en la profundidad de los espacios, en este caso, tiempo y amor".

Asimismo, Durán ha indicado que este último trabajo narrativo no guarda relación alguna con 'Plaza del Cabildo', pues mientras ésta recoge "una memoria personal reflejo de episodios de la vida del autor, ahora, se centra en el plano imaginativo y en la forma plástica de poner en pie algunas ideas del autor sobre el tiempo y el amor".