Multitudinaria despedida a la bailaora Manuela Vargas, enterrada hoy en el cementerio de San Fernando de Sevilla

Actualizado: domingo, 14 octubre 2007 16:38

Artistas y amigos lamentan la ausencia de autoridades y cargos institucionales al sepelio y que no recibiera la Medalla de Andalucía

SEVILLA, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -

Centenares de personas entre familiares, amigos y compañeros de profesión acudieron hoy al entierro de la bailaora sevillana Manuela Vargas, fallecida el viernes a los 69 años de edad a consecuencia de un cáncer que padecía desde hacía años, que tuvo lugar en el cementerio de San Fernando en su localidad natal.

Entre los artistas y compañeros de Manuela se encontraban Matilde Coral, Cristina Hoyos, Salvador Távora, Curro Fernández, Pepa Vargas y Fosforito. Algunos de ellos lamentaron la ausencia de representantes institucionales del mundo de la cultura en el sepelio, así como que la fallecida no recibiese en vida "merecida" Medalla de Andalucía.

Cristina Hoyos, bailaora y compañera de Manuela Vargas, afirmó a los periodistas que "era una gran artista que cuidaba tanto el espectáculo como el vestuario, siempre rodeada de grandes cantaores y guitarristas, apostando así por el flamenco con calidad".

Por su parte, el dramaturgo Salvador Távora tampoco quiso perderse la despedida de su "gran amiga de largas expresiones artísticas de la que no se sabía cuando terminaba la bailaora y empezaba la actriz". Añadió que todos los asistentes "lamentaban que Manuela no se lleve con ella la Medalla de Andalucía", aunque destacó que "tiene otros muchos galardones que avalan su carrera como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes que recibió el año pasado".

Por su parte, el cantaor Antonio Fernández Díaz 'Fosforito' comentó que Manuela era una artista "total que tenía una gran capacidad expresiva, con los pies justo donde debía tenerlos y caracterizada por la elegancia y el cuidado de sus gestos".

La cantaora y bailaora Pepa Vargas también dio el último adiós a su "amiga y compañera", apuntando que sus espectáculos fueron "los mejores", a la vez que lamentó que los medios de comunicación no hicieran reportajes en profundidad de su "importante" trayectoria. Era toda una "señora" a la que le cantaron "siempre los mejores cantaores".

Curro Fernández, uno de los cantaores que durante más tiempo acompañó a Manuela Vargas en sus espectáculos afirmó en declaraciones a Europa Press que la artista fallecida era una "diosa del baile" y que había montado los mejores espectáculos de flamenco puro" acompañado de figuras del cante como Fosforito, Manolito Mairena, Fernández Bernarda o Naranjito de Triana. Su elegancia era "única", además de tener un "torrente y un fuego interior increíble", a lo que añadió que con su muerte se ha perdido una forma de bailar "muy peculiar".

SÓLO EL DIRECTOR DE LA BIENAL.

El cantaor criticó que no estuviesen presentes en el entierro las autoridades y los altos cargos del mundo de la cultura acompañando a esa "fenómena", más aún, dijo, cuando ha paseado el flamenco por todo el mundo.

Entre los asistentes al entierro no había ninguna alta autoridad municipal ni autonómica, con la excepción del director de la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla, Domingo González, que acudió en representación del Ayuntamiento de Sevilla.

PODERÍO PESE A SU ENFERMEDAD.

Por su parte, la bailaora sevillana Matilde Coral, amiga de la fallecida, lamentó que se haya marchado "sin la Medalla de Andalucía" que concede la Junta de Andalucía, si bien, recordó la satisfacción que le produjo la concesión el pasado año de la de las Bellas Artes, que Sus Majestades los Reyes le otorgaron el año pasado en Córdoba.

"Era una gran amiga y compañera, una persona sencilla y encantadora con una larga carrera". Preguntada por la enfermedad, Matilde afirmó que "ella nunca estuvo mal, pero siempre tuvo mucha fortaleza y poderío".

Manuela Hermoso Vargas empezó a trabajar a los 12 años en el tablao El Guajiro, lo que le permitió tomar clases de baile con Enrique el Cojo. Su gran oportunidad le llegó en 1964, cuando ganó el Premio Internacional de Danza del Teatro de las Naciones de París, con el espectáculo Antología Dramática del Flamenco, de José Monleón.

Después comenzó con sus propias compañías, en las que podía montar espectáculos a su medida, en los que ha cuidado extraordinariamente los aspectos plásticos, rodeándose siempre de muy buenos profesionales.

En 1984 la 'Medea' del Ballet Nacional, con Miguel Narros, le dio otro notable triunfo personal. De fuerza arrolladora y tremenda personalidad, la bailaora se impone a los personajes que representa, convirtiéndolos en muchos casos en un maravilloso fenómeno sobre un escenario. Ha colaborado con el mundo del cine en películas como 'La flor de mi secreto', de Pedro Almodóvar junto a Joaquín Cortés.