Personas mayores en el Centro Social Prodean en el barrio Los Pajaritos de Sevilla. - PRODEAN
SEVILLA 8 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los Pajaritos, el barrio sevillano que, según la última edición de los Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística (2025), se sitúa como uno de los más pobres de España, ha querido reivindicar su "otra cara" a través del Centro Social Prodean que, con el apoyo de voluntarios, atiende a la población que se resiste a abandonar la zona, entre la que figuran personas mayores y familias de bajos recursos que encuentra en este espacio un lugar seguro en el que aprender y socializar, más allá de los problemas de delincuencia o consumo que suelen asociarse a la zona.
"Atendemos a muchas personas mayores, a familias, personas que llevan aquí toda la vida y que no quieren abandonar su barrio. Son vecinos humildes, trabajadores y resilientes que buscan un espacio seguro donde poder socializar, aprender y mantenerse activos", ha expresado a Europa Press la directora de la Fundación Prodean, María García de Los Santos.
La Fundación Prodean es la responsable de este proyecto, que puso en marcha hace diez años en Los Pajaritos con el objetivo de ofrecer apoyo social y educativo a quienes viven en el barrio. Esta organización, que desde su creación en 1991 centra su labor en la dignidad de las personas y la igualdad de oportunidades, combina actividades para mayores, como talleres de informática, pintura, gimnasia o alfabetización, con programas de apoyo escolar y acompañamiento familiar para niños y adolescentes.
UN LUGAR PARA LA SOCIALIZACIÓN Y EL APRENDIZAJE
Según ha relatado De Los Santos, el barrio de Los Pajaritos está habitado por vecinos mayores que han vivido allí toda su vida, muchos de ellos jubilados, que a menudo se enfrentan a la soledad y a la falta de oportunidades de socialización. Se trata de personas humildes, trabajadoras de toda la vida, con fuertes lazos con la comunidad, que valoran mantener su arraigo en el barrio a pesar de las dificultades.
"La idea del centro social es ser un lugar de encuentro para personas que muchas veces empezaron a trabajar muy jóvenes y apenas sabían leer o escribir. Aquí aprenden, recuerdan, hacen manualidades, pintura, literatura y socializan, compartiendo tiempo con otros vecinos y con voluntarios, muchos de ellos maestros jubilados que nos ayudan generosamente", ha explicado De Los Santos.
Al mismo tiempo, las nuevas generaciones han llegado en los últimos años, compuestas principalmente por hijos de familias inmigrantes, que conviven con los residentes históricos y aportan diversidad cultural al entorno, generando un barrio con un perfil social amplio y complejo.
En este contexto, este Centro Social se abre como un espacio de encuentro, apoyo y oportunidades para los vecinos de Los Pajaritos, un barrio que busca seguir transformándose desde la convivencia, la educación y la implicación comunitaria.
"Queremos que este centro sea una puerta abierta a la esperanza, un lugar donde los vecinos sientan que pueden aprender, compartir y construir juntos su futuro", ha expresado De los Santos.
DIFICULTADES ESTRUCTURALES Y ECONÓMICAS
No obstante, aunque el panorama se presenta esperanzador y la iniciativa ha brindado nuevas oportunidades a los vecinos, los retos que enfrenta son incuestionables. El centro afronta dificultades estructurales del barrio, marcadas por la soledad y el envejecimiento de la población, ya que muchos mayores viven solos y con escasos recursos.
También lidia con la falta de formación básica de algunas personas mayores, que apenas saben leer o escribir, y con la brecha generacional que se amplía ante la llegada de nuevas familias jóvenes e inmigrantes. A ello se suma la necesidad de reforzar la convivencia y el sentimiento de comunidad, combatiendo el estigma social que pesa sobre el barrio.
"Queda mucho por hacer. Seguimos teniendo situaciones muy difíciles, pero confiamos en que con educación, acompañamiento y comunidad podemos cambiar muchas realidades", ha enfatizado De Los Santos.
Desde la perspectiva económica, el proyecto se sostiene gracias a una combinación de fondos públicos y privados. El Centro Social de Los Pajaritos recibe ayudas del Ayuntamiento de Sevilla, a través del programa Sevilla Solidaria, y algunas subvenciones de la Junta de Andalucía, aunque estas resultan limitadas. La mayor parte de su financiación procede de donaciones privadas, tanto de empresas como de numerosos microdonantes particulares de toda Andalucía y Extremadura, que contribuyen a mantener viva la iniciativa.
No obstante, desde la Fundación Prodean reclaman mayor apoyo institucional, especialmente en la exención o reducción del alquiler del local y en la concesión de subvenciones estables que permitan ampliar el espacio y contratar más personal especializado, como trabajadores sociales, psicólogos y educadores.