SEVILLA, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -
El periodista y escritor sevillano Antonio Burgos presenta hoy en la capital hispalense el libro 'Memoria de la vieja dama. Mis mejores artículos sobre Sevilla' (La Esfera), una obra que recopila cerca de 200 artículos escritos a lo largo de 30 años de actividad profesional, donde Sevilla aparece como "aquella mujer cuya belleza, a pesar del paso del tiempo, continúa siendo imperecedera".
En declaraciones a Europa Press, el autor explicó que se trata de una obra que "homenajea" a sus lectores, donde los artículos recopilados para la antología "son los que ellos mismos me han ido pidiendo a lo largo del tiempo, artículos que han gustado especialmente y que la gente todavía recuerda".
Asimismo, destacó que "son textos de corte literario alejados de la política, que he dividido en tres partes dependiendo de la temática que tratan". De esta forma, señaló que "hay un primer grupo en el que recojo dos artículos que me hubiera gustado no tener que escribir nunca, dedicados al fallecimiento de mi padre y mi madre, titulados 'Farol de cruz de guía' y 'Los zapatitos del niño', respectivamente".
Al hilo de ello, apuntó que el segundo conjunto de artículos lleva el nombre de 'La vieja dama', donde Sevilla como ciudad, sus personajes y su esencia aparecen retratados en textos como 'Vieja dama con lluvia'. Mientras que, en el capítulo de 'El camino más corto', artículos como 'Las manos del Gran Poder' o 'El último armao' recogen la Semana Santa sevillana y el universo de las cofradías.
Por otra parte, destacó que Sevilla es un ciudad que, a pesar de los cambios y la destrucción a la que se ha visto sometida, "mantiene esa grandeza que la hace única y sabe conservar su esencia". Así, resaltó que es este "carácter especial" el que convierte a la ciudad en una "fuente de inspiración constante".
Por último, Burgos reveló que entre sus artículos, muchos de ellos escritos en verso, les tiene un "especial cariño" a esos que hablan de "la ciudad desconocida del otoño". Se trata de una faceta de Sevilla fuera de la imagen típica caracterizada por luz cegadora de la primavera, "es la ciudad en su estado contemplativo, embargada por una luz serena", concluyó el autor.
