Actualizado 10/12/2012 16:26

Una investigación de la Universidad de Jaén permite fabricar ladrillos con residuos de papel

JAÉN 10 Dic. (EUROPA PRESS) -

Una investigación de la Universidad de Jaén (UJA) desarrollada en la Escuela Politécnica Superior de Linares ha permitido incorporar los residuos que genera una industria papelera al material cerámico que se usa en la construcción. El resultado son unos ladrillos con una baja conductividad térmica, por lo que actúan como buenos aislantes, aunque todavía hay que mejorar su resistencia mecánica, según informa el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

Así lo ha indicado este lunes en un comunicado la institución jiennense, que ha apuntado que una de las conclusiones del estudio que publica la revista 'Fuel Processing Technology' es que "el uso de los residuos de la industria del papel puede suponer un beneficio económico y medioambiental, ya que permite reutilizar como materia prima un material considerado como desecho".

El personal científico ha recogido los residuos de celulosa que produce una fábrica de papel (reciclado, en este caso), así como los lodos procedentes de la depuración de sus aguas residuales. Después, han unido este material a la arcilla que se emplea en la construcción, le han dado forma mediante presión y extrusión en máquinas y así han obtenido unos ladrillos en el laboratorio.

"La adición de los residuos hace que el producto final presente una conductividad térmica baja, por lo que actúa como un buen aislante", ha explicado la investigadora de la Universidad de Jaén Carmen Martínez, quien ha resaltado, además, el "consiguiente beneficio" que esto conllevaría si se utilizaran estos ladrillos en lugar de los que se elaboran con materias primas tradicionales.

Junto a ello, ha señalado que otra de las ventajas de añadir residuos a los prototipos de ladrillos es que les aportan energía debido a la presencia de materia orgánica, ya que "puede ayudar a reducir el consumo de combustible y el tiempo de cocción que se requiere en su producción".

De momento, los prototipos son de pequeñas dimensiones (3 x 1 x 6 cm), aunque el equipo ya ha hecho pruebas con tamaños mayores y los resultados son similares. "En conjunto, esta técnica podría suponer un ahorro energético y de materias primas para las fábricas de ladrillos, así como un beneficio medioambiental por la valorización de unos residuos que, en principio, se descartan", ha comentado Martínez.

"TALÓN DE AQUILES"

La investigadora ha reconocido, no obstante, que el "talón de Aquiles de estos ladrillos es su menor resistencia mecánica respecto a los tradicionales, aunque este parámetro está por encima de los mínimos que marca la legislación". También quedan por resolver algunos problemas de adherencia y conformado de aquellas piezas que llevan porcentajes altos de residuo de papel.

El equipo de investigación continúa trabajando para buscar el punto de equilibrio entre sostenibilidad y resistencia del material, además de investigar las ventajas de incorporar otros productos, como los lodos de las depuradoras o los residuos que generan las industrias cervecera, olivarera o las que producen biodiésel.

En este mismo sentido, en la misma revista 'Fuel Processing Technology', el grupo publica otro trabajo que confirma que los residuos generados en la elaboración del biodiésel se pueden emplear en la fabricación de ladrillos, aumentando la capacidad aislante de este material de construcción hasta en un 40 por ciento.

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