ZARAGOZA 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Confederación Hidrográfica del Ebro y el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA), dependiente del Gobierno de Aragón, trabajan desde 2005 en un proyecto conjunto, fruto de un convenio de colaboración, que hace posible realizar un control de los retornos de regadío en los grandes sistemas aragoneses y analizar su impacto en la calidad de las aguas superficiales y subterráneas.
Esta colaboración se prolongará hasta 2012 y ha permitido en los últimos seis años el desarrollo de un proyecto pionero en España que lleva a cabo un control exhaustivo de los sistemas de regadío, y de sus medidas de modernización y su relación con la contaminación difusa o de origen agrario.
Para realizar este análisis se ha instalado una red de toma-muestras de agua, que recogen datos en continuo en cinco cuencas donde retornan a ríos o barrancos las aguas de regadío de Bardenas, Riegos del Alto Aragón y Canal de Aragón y Cataluña.
El CITA se encarga de recoger los datos diarios y realiza encuestas en el territorio, lo que permite tener información actualizada de las prácticas en los sistemas. Por su parte, la Confederación, además de haber instalado los toma-muestras, aporta análisis más complejos gracias a su red de plaguicidas y a sus redes generales de control de calidad en toda la Cuenca.
El objetivo final es el fomento de las buenas prácticas agrarias, con la definición de planes efectivos de mejora por parte de la administración competente, en este caso, el Departamento de Agricultura del Gobierno aragonés.
La información obtenida durante estos años de colaboración ya ha servido como referencia para el nuevo Plan Hidrológico de la Demarcación del Ebro, que está redactando el organismo de cuenca.
SEMINARIO La pasada semana la CHE y el CITA organizaron en Zaragoza, en la sede de la Confederación un seminario para presentar los estudios realizados hasta el momento, un encuentro al que también se invitó a representantes de los sistemas de regadíos. Este seminario se enmarca dentro de las reuniones técnicas que se celebran anualmente para el seguimiento del convenio de colaboración.
Los trabajos se desarrollan en cinco zonas de referencia: en la cuenca del Arba, con un punto de control en su desembocadura en Tauste, donde se recogen los retornos del sistema de Bardenas; cuenca de La Violada, donde se analizan los retornos del Canal de Monegros dentro del sistema de Riegos del Alto Aragón; cuenca del Alcanadre, con un punto de control en Ballobar que permite el análisis también del sistema de Riegos del Alto Aragón; cuenca del barranco de la Valcuerna, con la estación en el mismo barranco para analizar los retornos de Monegros II y, por último, la cuenca de la Clamor Amarga, que permite el análisis de los retornos del Canal de Aragón y Cataluña.
Los datos obtenidos permiten en un primer nivel hacer un seguimiento en continuo de la salinidad de las aguas de retorno de regadío y también de la presencia de nitratos. Además, con este control se detectan problemas concretos y específicos en algunas de estas cuencas.
En un segundo nivel, se establece una relación entre las medidas de modernización llevadas a cabo en los sistemas y la calidad de las masas de agua de la Cuenca del Ebro y en las zonas con presencia significativa de explotaciones ganaderas también se estudia la influencia de este tipo de producción y la presencia de purines en la calidad general de los retornos.
El último paso es definir las buenas prácticas agrarias, que ya se están aplicando en los sistemas aragoneses y ofrece un impacto positivo en la calidad general de las masas de agua, como se concluye en el último informe de calidad elaborado por la CHE.