Innova.-Más de 200 expertos participan en Zaragoza en el XII Congreso Internacional sobre la mejora genética en frutales

Europa Press Aragón
Actualizado: lunes, 17 septiembre 2007 16:24

ZARAGOZA 17 Sep. (EUROPA PRESS) -

Más de doscientos expertos llegados de todo el mundo participan desde hoy en el XII Congreso Internacional sobre la mejora genética en frutales. El Congreso, organizado por el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA), se está celebrando en las instalaciones del Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza.

Al acto de inauguración del Congreso han asistido el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, y la consejera de Ciencia, Tecnología y Universidad, María Victoria Broto, así como el investigador y organizador del evento Rafael Socías.

La consejera María Victoria Broto explicó, en declaraciones a los medios de comunicación, que este congreso es el "más importante del mundo en genética de frutales" y "tenemos que celebrar" que se esté desarrollando en Zaragoza, dado que hasta la capital aragonesa han llegado "más de doscientos investigadores de todo el mundo, de los cinco continentes, para hablar y debatir todo lo que en genética de frutales se está trabajando en todo el mundo", indicó.

Broto señaló que en la Comunidad aragonesa y en los trabajos del CITA se tiene una experiencia "importantísima" en materia de mejora genética de frutales, "especialmente con la almendra y los melocotones" frutos con los que "hemos hecho aportaciones importantísimas, y el hecho de que se celebre aquí este congreso tiene que ver con eso, conque somos pioneros en el tema de genética de frutales". El CITA, "en materia agroalimentaria, es un centro fundamental en todo el Estado, y en el caso de los frutales, en todo el mundo", aseveró la consejera.

Por su parte, el presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, consideró, en su discurso de inauguración del Congreso, que Zaragoza es "un lugar adecuado" para realizar una actividad como ésta porque "Zaragoza está en el centro del Valle del Ebro, un enclave logístico y agrario fundamental".

Además, el sector de los frutales "ha demostrado en Aragón que de una situación frágil se ha podido adaptar a las necesidades del presente y al trabajo futuro", basándose en "tres pilares: en la calidad, la seguridad y la trazabilidad", aspectos que suponen "una exigencia del consumidor, una obligación de los productores y una preocupación para las instituciones". Este sector "es el de mayor implantación en Aragón", aseguró Iglesias, y "ocupamos un puesto de liderazgo" en la "innovación y vanguardia" de técnicas de mejora genética.

Zaragoza "es también un buen lugar porque los aragoneses comprenden cada día mejor el esfuerzo y el trabajo de los investigadores", valoró Iglesias. "Hemos conseguido la unión productiva del mundo del conocimiento y del mundo que genera riqueza" y como "ejemplo" de ello, Iglesias señaló como los programas del CITA "obtienen nuevas variedades de almendro que mejoran" la labor de los agricultores y el producto final.

"El CITA es un ejemplo relevante por su apuesta por la innovación, que es un factor clave para el desarrollo" de la Comunidad autónoma. Por ello, "en la pasada legislatura multiplicamos por tres la inversión en innovación", recordó Marcelino Iglesias.

ALMENDROS Y MELOCOTONEROS.

El investigador y organizador del XII Congreso Internacional sobre la mejora genética en frutales, Rafael Socías, apuntó que los mayores avances que se han realizado en el CITA en Aragón "se refieren al almendro y al melocotonero". En el caso del almendro, "hemos intentado obtener variedades de floración muy tardía para que florezcan cuando los peligros de las heladas ya se han superado".

En el melocotonero, "hemos buscado melocotoneros extraños", variedades que "para mucha gente son muy normales", pero "por ejemplo, el melocotón bueno, el de carne amarilla, sólo nos lo comemos en España, porque en otros países lo ponen en conserva y no lo comen fresco y no saben lo que se pierden", consideró. Sin embargo, "nosotros a este tipo de melocotonero le dedicamos mucha atención", como también se presta atención al melocotón de Calanda, "el de mejor calidad", sobre el que "recientemente hemos iniciado un programa de mejora genética", afirmó.

Con este programa, "se intentará que aquellos defectos que pueda tener el melocotón en este momento, se superen". A pesar de que el melocotón de Calanda es uno de los mejores, "todas las variedades por buenas que sean tienen alguna pata coja y se trata de eliminar la pata coja y ponerla un poco más firme", apuntó Socías.

En el caso de esta variedad de melocotón, se trata de "alargar su época de maduración, porque es de maduración tardía pero muy restringida, y quizá adelantar un poco la época de recolección; aumentar la dureza del fruto, que también es importante y un índice de calidad, y mejorar su aroma, su facilidad de transporte y de almacenaje", puntos que se deben mejorar "para que al final el consumidor reciba el mejor producto" posible, apostilló.

"PENSAR EN TODOS".

El investigador Rafael Socías explicó que a la hora de trabajar en materia de mejora genética "tenemos que pensar en todos: en el agricultor, que es quien cultiva los frutos; en el comerciante, que los maneja; en la industria que a veces los transforma; y en el consumidor que es quien se los come".

Así, además de trabajar en almendros y melocotoneros, se están iniciando los trabajos "en albaricoquero, en cerezo, y, con menos importancia, en ciruelo y en peral. Trabajamos con todas las especies de frutales tradicionales", apuntó.

Todas las variedades que se obtienen en el CITA se elaboran "según la mejora genética tradicional" de manera que "de momento" no se trabaja con "transgénicos", sino que se usan "las mismas técnicas que nuestros antepasados pero mejoradas", para dar con un fruto mejor.

Según el investigador Rafael Socías, el uso de las nuevas técnicas de mejora genética, "encarece" un poco el precio final, "pero no mucho. Si consideramos que para una variedad mejorada que puede ser sujeto de protección, un árbol puede valer 20 céntimos más" que el de una normal, esa cantidad supone "muy poco" en comparación con los costes totales de toda una plantación "y en cambio se tiene una seguridad de calidad sobre la variedad que se planta", concluyó.

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