El arzobispo de Zaragoza dice que las vacaciones son ocasión de reflexión interior y cultivar relaciones personales

El arzobispo de Zaragoza, monseñor Vicente Jiménez Zamora.
El arzobispo de Zaragoza, monseñor Vicente Jiménez Zamora. - EUROPA PRESS - Archivo
Publicado: sábado, 27 julio 2019 17:44

ZARAGOZA, 27 Jul. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Zaragoza, monseñor Vicente Jiménez, ha reflexionado en su carta semanal sobre las vacaciones de verano, que ha señalado que son una oportunidad de reflexión personal, cultivo de la lectura y las relaciones personales, así como de admirar la naturaleza y de practicar la meditación.

En su misiva, el prelado sostiene que las vacaciones de verano son un tiempo propicio "para el descanso, para reparar fuerzas físicas y espirituales desgastadas durante el año y contribuir al equilibrio mental y psicológico".

Para eso, considera conveniente interrumpir las ocupaciones habituales e incluso salir del ambiente en el que se desarrolla la vida cotidiana "y abandonarnos en Dios a través de la oración".

En concreto, anima a desarrollar la vida interior ya que por ser tiempo de descanso, "en vacaciones se deberían cuidar más los momentos de interioridad, de reflexión personal, de oración, de silencio, de escucha".

Según ha expuesto, las múltiples ocupaciones y afanes de la vida ordinaria y del trabajo no permiten, con frecuencia, el silencio interior. "La gente de hoy apenas tiene tiempo para pensar y meditar con calma y sin prisas" porque "vivimos en una sociedad agitada y sin sosiego, que nos hace perder la capacidad de prestar atención a las necesidades del prójimo e incluso la capacidad de encontrarnos a solas con nosotros mismos y con Dios".

Por eso, ha estimado muy recomendable en este tiempo de verano y vacaciones realizar un retiro o ejercicios espirituales, visitar o peregrinar a santuarios y otras actividades veraniegas que ayuden al silencio exterior y a la escucha interior.

LECTURA DE LIBROS

El arzobispo de Zaragoza ha manifestado que la lectura de algún libro que ofrezca "grato descanso y pensamientos reconfortadores" es, sin duda, "un amigo que puede dar a las vacaciones un valor enteramente nuevo y hacer gozar".

Por otra parte, ha abogado por "contemplar la belleza de la
creación y admirar la naturaleza", que "nos habla de Dios", así como por cultivar de las relaciones humanas y en familia ya que estas últimas, "a veces, durante el año, resultan escasas, insuficientes y dominadas por las ocupaciones y preocupaciones diarias".

Para el arzobispo, "uno de los valores de las vacaciones es el reencuentro con los seres queridos, el compartir momentos de paz, de diálogo, de charla apacible y de la mesa". También ha apostado por desarrollar las relaciones de amistad en la libertad y el gozo del tiempo libre y no interesado y conocer a nuevas personas.

Asimismo, ha esgrimido que es tiempo para la meditación y la oración ya que "frecuentemente nos fijamos sólo en las cosas negativas" y "debemos retener en nuestra memoria también las cosas positivas, los dones que Dios nos ha concedido y sigue concediendo".

En este punto, ha sostenido que las personas, habitualmente, están "absorbidas" por numerosas actividades y compromisos, "con la agenda muy apretada de ocupaciones", llenando todas las horas del día, sin tener un momento para detenerse a reflexionar y alimentar la vida espiritual, frente a lo que la meditación permite "una actitud de recogimiento, de silencio interior, para reflexionar, asimilar los misterios de la fe y lo que Dios obra en nosotros".

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