La DPZ acompaña a los vecinos de Daroca en la tradicional fiesta de los Corporales

Procesión del Corpus en la localidad de Daroca, en la que ha participado el presidente de la DPZ, Juan Antonio Sánchez Quero
Procesión del Corpus en la localidad de Daroca, en la que ha participado el presidente de la DPZ, Juan Antonio Sánchez Quero - ALFONSO REYES
Publicado: jueves, 30 mayo 2024 15:25

ZARAGOZA 30 May. (EUROPA PRESS) -

Una representación de 23 diputados de la Diputación de Zaragoza (DPZ), encabezada por su presidente, Juan Antonio Sánchez Quero, y la vicepresidenta, Teresa Ladrero, ha participado este jueves en la festividad de los Corporales de Daroca, una celebración declarada fiesta de interés turístico de Aragón y en la que la Diputación de Zaragoza participa desde hace 60 años.

La Diputación de Zaragoza acompaña cada año a los darocenses y vecinos y vecinas llegados de toda la comarca y provincias vecinas para conmemorar esta festividad que es una de sus tradiciones más queridas y reconocidas.

La comitiva ha asistido primero a la eucaristía celebrada en la iglesia colegial de Santa María, desde donde luego ha partido en procesión por las calles del casco histórico de Daroca, cubriéndose de un colorido manto de flores "Es un día muy especial para los vecinos de la localidad, forma parte de sus raíces y lo celebran con mucha ilusión", ha destacado Sánchez Quero, al tiempo que ha añadido que "es una tradición heredada y celebrada generación tras generación con gran devoción, forma parte de las raíces de las gentes de Daroca".

Sánchez Quero ha recordado que la institución provincial contribuyó para que esta celebración de los Corporales fuera declarada en 2006 Fiesta de Interés Turístico de Aragón, es el acto central de las fiestas del Corpus de Daroca, que este año se celebran del 25 de mayo al 2 de junio.

El milagro de los Corporales de Daroca se remonta a 1238. El noble Berenguer de Entenza lideraba en las cercanías de Valencia compañías llegadas de Daroca, Calatayud y Teruel para hostigar a los musulmanes al sur del Júcar tras la conquista de Valencia por Jaime I.

Los musulmanes sitiaron a los cristianos. Berenguer de Entenza, ante el asedio, ordenó a Mosén Mateo, clérigo de la iglesia de San Cristóbal de Daroca, que celebrara una misa. Durante la misma y al levantar el sacerdote el paño donde se guardaban seis hostias, estas estaban empapadas en sangre.

El hecho se consideró como un milagro y los cristianos se lanzaron a la lucha encabezados por el cura, que sobre un asno blanco mostró durante la batalla las hostias ensangrentadas. Los musulmanes fueron derrotados.

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