BIELSA (HUESCA), 8 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Museo Etnológico de Bielsa cumple hoy 25 años desde que fuera inaugurado el 8 de julio de 1982. Ubicado en el interior de la Casa Consistorial del siglo XVI, el museo ocupa, desde la ampliación de 1989, más de 450 metros cuadrados repartidos en tres plantas en las que abundan las fotografías, los mapas, los paneles informativos, los vídeos, ropajes y herramientas.
La planta baja, dedicada a las gentes de Bielsa y al territorio circundante, se centra en aspectos de la vida cotidiana de los belsetanos a principios del siglo XX, pudiendo observar los visitantes la exposición de una buena parte del archivo fotográfico del museo. Esta planta también alberga información, paneles y mapas sobre la orografía, el ecosistema, la flora y la fauna de estos valles del Pirineo Central.
La Historia y la cultura de Bielsa se ubican en la primera planta del Museo, en la que varios paneles de grandes dimensiones informan de la gastronomía, la Historia, la economía, la arquitectura y la indumentaria tradicionales permitiendo a los turistas conocer mejor a las gentes de Bielsa.
Esta sección del museo también está dedicada a uno de los episodios más duros de la historia del valle: los sucesos de la Bolsa de Bielsa de 1938. Se trata de una de las secciones más variadas y completas del Museo. En ella se pueden hallar diferentes piezas de armamento, objetos de época, fotografías de los combatientes y del éxodo civil, documentación original y un audiovisual con imágenes documentales cuyo guión se basa en el diario de un miliciano.
Pero este capítulo no fue obstáculo para borrar la identidad del pueblo y poco a poco se han ido recuperando objetos, documentos y archivos, creando uno de los museos mas completos de la cordillera, con un archivo fotográfico que incluye más de 5000 imágenes de diversa procedencia.
Por último, la segunda planta acoge la casa tradicional y el Carnaval de Bielsa. En ella se han recreado los espacios más representativos de la vivienda de la zona, como la cocina tradicional, en la que pueden observarse los trajes tradicionales, y la falsa y la alcoba, con objetos y utensilios de la época. Una selección de fotografías diversas, completa el conjunto.
El museo recrea el carnaval a través de los disfraces de los personajes más representativos (las trangas y madamas, el caballé, los garretas, el oso, y el amontato, entre otros). Una proyección a dos pantallas reproduce el bullicio repleto de color de la fiesta por excelencia de Bielsa.
