SABIÑÁNIGO (HUESCA), 2 (EUROPA PRESS)
La primera edición de "Un día de cuento" llega a Sabiñánigo hoy sábado, 2 de septiembre, en un encuentro de contadores que nace con el deseo de convertirse en un importante punto de referencia cultural en Aragón.
En esta primera cita se reúnen algunos de los mejores contadores del país. Además, el trovador de origen camerunés y residente en Francia Ze Jam contará hermosas historias y músicas de su país en un espectáculo llamado 'Oshu Bita, el canto del explorador'.
La inauguración de este evento será a las 12,00 horas con el escritor Fernando Lalana y con el acto denominado 'Un cuento sobre los cuentos'. En el 'Retablillo de títeres y cuentos', a cargo de Rodorín, el público familiar podrá escuchar, a las 12,30 horas, los cuentos de siempre. Ambos actos se realizarán en el Molino Periel.
En la plaza del Pirenarium habrá cuentos y música de Camerún, a cargo de Ze Jam, con 'Oshu bita, el canto del explorador', a las 18,00 horas. Los serrableses Fernando Otal, José Ángel Gracia Pardo y Javier Lacasta Maza, conocedores de la tradición oral, se encargarán de contar 'La memoria contada del Serrablo', a las 19,30 horas, en la plaza del Museo Ángel Orensanz y Artes Populares de Serrablo.
En el mismo lugar, a las 20,15 horas, se realizará un pasacalles cuentista 'Cuentarrodando las calles', a cargo del Teatro Pingaliraina. Fernando Lalana y algunos de sus personajes aparecerán en el 'Cuentoloquio', a las 20,30 horas.
Desde el ayuntamiento hasta el parque municipal, a las 22,30 horas, el 'Pasacalles cuentista' recorrerá las calles de Sabiñánigo. En el mismo parque, se realizará una 'Noche de cuentos, músicas, romances y malabares', con Maricuela (Aragón), Domingo Chinchilla (Valencia), José Mari Carrere (País Vasco), Luis Felipe (Aragón), Ze Jam (Francia) y Pingaliraina (Aragón). En caso de lluvia, las actuaciones previstas en el parque municipal se realizarán en el Molino Periel.
FERNANDO LALANA
Fernando Lalana, nacido en Zaragoza, es uno de los pocos españoles que puede presumir de haber vivido siempre del cuento. Se le concedió el Premio Nacional de Literatura Infantil en 1991. Su primer título publicado hace 25 años es "El secreto de la arboleda" y cuenta en la actualidad con cerca de 90 libros publicados en las principales editoriales españolas del sector infantil-juvenil.
También es miembro fundador del Teatro Incontrolado de Zaragoza, y con esta compañía obtuvo en 1981 el Premio de Interpretación "Arcipreste de Hita" y estrenó la primera de sus siete comedias "Aquellos años tan felices". Lalana ha pertenecido también al cuadro de actores del Teatro Estable de Zaragoza y de Tántalo Teatro.
RODORÍN
Rodorín realiza propuestas que aúnan los cuentos y los títeres. Alrededor de una mesa realiza cuentos dramatizados a través de la manipulación de libros, marionetas y objetos que se utilizan de manera paradójica, humorística, poética e irónica.
'Retablillo de títeres y cuentos' es un collage de distintos cuentos. Se trata de un cajón de sastre al que se van incorporando diversas historias. Dependiendo de la función y, sobre todo del tipo de público, se van hilando las distintas narraciones que configuran el espectáculo.
MARICUELA
Maricuela es un cascabel de papel, dos ojos, a veces tres, un bolsillo de membrillo, de palabras. Sale de una maleta, viaja en tren y tiene las orejas del revés. Con un títere hace un cuento, en el que canta y recita poemas.
Comenzó a contar cuentos en 1992 en México para niños de la calle o con problemas familiares. Desde entonces viaja por diferentes sitios del mundo con sus historias para niños y adultos, y también imparte cursos y charlas sobre el arte de contar cuentos.
Es licenciada Bellas Artes, diplomada en Periodismo y estudios superiores de Teatro en la Escuela Le Coq de París. Su formación se completa con estudios de voz, canto danza y técnicas de animación a la lectura y escritura.
PINGALIRAINA
El grupo de teatro Pingaliraina es un grupo de personas a las que les gusta cantar canciones de corro y contar trabalenguas o indagar en los archivos históricos y en los códices medievales. Pretende que sobre el escenario haya un universo, no una escenografía, por ello, la música es un actor más que aparece y se desliza por el escenario.