TERUEL 29 Mar. (EUROPA PRESS) -
El nuevo número de la Revista Cultural TURIA, que se presentó en Sevilla el pasado lunes día 27 de marzo, tiene esta vez un especial interés para los lectores turolenses y aragoneses por su contribución a la necesaria labor de recuperación de la memoria histórica.
Así, hay que destacar entre sus contenidos la publicación de un documentado y riguroso artículo sobre la insólita trayectoria de uno de los personajes más notables que dio la vida política turolense durante el siglo XX y que permanecía hasta ahora en el olvido colectivo: el republicano José Maicas Lorente.
A través de un cuidado trabajo que aúna investigación y divulgación, el profesor de Historia Gaudioso Sánchez Brun ha recuperado y elaborado la biografía pormenorizada de una figura que fue clave en la década de los años 30 y 40 en la ciudad de Teruel y que tuvo una trayectoria vital e institucional muy singular.
Como subraya el autor del artículo "José Maicas Lorente: historia de una metamorfosis", con este estudio biográfico "se trata de profundizar en el conocimiento de una parte de la sociedad turolense, la que ganó la guerra, y de una época dolorosa y trágica pero de un gran interés histórico".
José Maicas Lorente (1892-1967), que era propietario de un estanco y de una expendeduría de explosivos en el barrio del Arrabal, fue alcalde de Teruel durante la República (aunque fugaz o accidental), en la guerra y en la posguerra. Forjador de la unión de las izquierdas en Teruel al comienzo de la República, luego marginado por el Frente Popular y adversario del mismo.
Anticlerical primero, clerical después, protagonista de una sonada fuga rompiendo el cerco republicano en la capital durante el asedio, condecorado como héroe de la guerra civil, mirado con recelo y acosado por un sector influyente de los vencedores, que consiguieron someter a juicio su actuación y condenarle al ostracismo político, muriendo en el olvido del mundo oficial.
Toda esta turbulenta peripecia vital es narrada con precisión y detalle por Gaudioso Sánchez Brun en lo que es un completo retrato de una época de la sociedad turolense.
De acentuada ideología republicana, José Maicas Lorente ingresó pronto en el Partido Radical de Alejandro Lerroux. Fue fundador y presidente de las Juventudes Radicales, desempeñando la jefatura de este partido en la capital turolense. Fue elegido concejal del Ayuntamiento de Teruel en las elecciones de abril de 1931 por la candidatura republicano-socialista, que resultó ganadora.
El alcalde de Teruel será el médico radical José Borrajo. Tras las elecciones de 1933, José Maicas fue nombrado teniente de alcalde, desempeñando temporalmente la alcaldía (esta vez en manos del también radical Manuel Sáez) en numerosas ocasiones. Después del triunfo del Frente Popular en las elecciones generales de febrero de 1936, se creó una nueva mayoría en el Ayuntamiento y el recién elegido alcalde Pedro Fabré, de Izquierda Republicana, marginó a los radicales del poder.
Ello motivó que José Maicas, como sus compañeros concejales radicales, dimitieran de sus cargos aunque continuaran asistiendo a las sesiones. Del entusiasmo inicial, la actitud de los radicales al final del periodo republicano pasó a ser de escepticismo y desencanto por la evolución de la República.
Ya en mayo de 1936, el propio Maicas disolvió el Partido Radical que presidía en Teruel. Tras el triunfo de la sublevación militar en la ciudad, José Maicas tomó posesión del cargo de alcalde el 24 de julio de 1936. No obstante, en su intervención indicó que asumía el cargo lamentando las circunstancias del momento y subrayando el origen democrático de su entrada en la vida municipal.
La situación bélica condicionó la actividad municipal y cuando, tras la efímera conquista por las tropas republicanas de Teruel, vuelve la capital a manos del ejército de Franco, José Maicas retorna de Zaragoza para ocupar el cargo de alcalde desde el 23 de febrero de 1938. No acabaron entonces los problemas de José Maicas y algunos sectores de la derecha tradicional propusieron su destitución, que no fue aceptada.
Recién terminada la guerra, Maicas, con su aureola de héroe, apoyado por los militares que lo habían nombrado alcalde en el 36, parecía un rival que a muchos les interesaba suprimir políticamente y evitar así su continuidad en el cargo. La presión de la Falange, algunos sectores católicos y los frecuentes roces con Regiones Devastadas terminaron por conseguir su destitución y condenarlo al ostracismo político.
Unos detestaban su pasado republicano y anticlerical, otros veían en él los residuos de la vieja política que había que eliminar, sin olvidar las fobias y filias personales que se exacerbaron en aquella época bélica y posbélica.
La hora de los radicales había pasado. Más allá de su personal evolución ideológica, lo ocurrido con José Maicas simboliza el uso que el régimen de Franco hizo de algunos radicales dada su experiencia política, que representaba cierta continuidad con la vida republicana.
Si bien, poco después, la mayoría acabaron siendo marginados. Una vez más, en política nada es imposible. Nos encontramos de nuevo con la imprevisibilidad y complejidad de la historia. Muchos años después, al día siguiente de su muerte, sólo una voz se alzó públicamente en su defensa entre el silencio de las instituciones y la prensa de la época.
Fue el periodista José Manuel López, del diario turolense "Lucha", que en enero de 1938 había cruzado con José Maicas el río Turia durante el asedio republicano a la ciudad, el que hizo un poco de justicia sobre su figura y su trayectoria al describirlo como "republicano a mucha honra, pero sobre todo buen español, leal y hombre de bien, que desempeñó su cargo de alcalde con dignidad, en aquella etapa tan difícil y comprometida".