MUNÉBREGA (ZARAGOZA), 2 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Escuela Taller "Pietro Morone", de la Diputación Provincial de Zaragoza, ha concluido la restauración del último códice de la singular colección de códices litúrgico-musicales de los siglos XIII y XIV que se encuentran en La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Munébrega. Estos códices recuperan el testimonio de los usos litúrgicos medievales en Aragón.
Los códices, utilizados para la celebración del Oficio Divino en la iglesia de Munébrega durante los siglos XIII y XIV, constituyen un valioso legado del patrimonio litúrgico-musical medieval, ya que permiten reconstruir el modo en el que se desarrollaba el culto cristiano en las iglesias aragonesas de la época.
Por otro lado, la escasez de ejemplares conservados para este periodo convierte a los códices de Munébrega en un testimonio único de la labor de los scriptoria aragoneses en la confección de manuscritos de uso litúrgico y musical.
En el Códice VII las iniciales lucen una profusa decoración a base de finos trazos que constituyen bellas florituras. Durante la Edad Media, la ornamentación del texto era un elemento esencial en la elaboración de manuscritos, que se encomendaba a los miniaturistas más virtuosos. Este volumen, concretamente, presenta delicadas miniaturas con escenas de la vida de Cristo, que destacan por la riqueza de sus motivos dorados.
La restauración de los códices se ha centrado principalmente en la limpieza de las hojas y en la reintegración de lagunas. La reconstrucción de las encuadernaciones se ha llevado ha cabo tomando como modelo la única que se conservaba original, la encuadernación del Códice Litúrgico III.
Además, siguiendo el modelo del Códice III, se colocaron broches de metal con el fin de guardar la desnudez de la escritura y proteger un material tan higroscópico como es el pergamino.
El proceso de restauración realizado favorece su posterior conservación a lo largo del tiempo, ya que incluso se ha fabricado una caja de conservación para cada uno de los códices restaurados por la Diputación de Zaragoza, mejorando así su conservación ante las inclemencias climáticas y el propio manejo de los códices.
