Zaragoza.- La Comarca de las Cinco Villas se promociona con diversos recorridos turísticos, como la ruta de las juderías

Actualizado: domingo, 26 noviembre 2006 12:06

TAUSTE (ZARAGOZA), 26 Nov. (EUROPA PRESS) -

La Comarca de las Cinco Villas potencia el turismo y promociona sus localidades con diversas rutas turísticas organizadas para mostrar al visitante el rico patrimonio histórico y natural que alberga esta zona de la provincia de Zaragoza.

Una de las rutas más curiosas es la que se organiza en torno al pasado hebraico de la Comarca, en la llamada ruta de las juderías. Durante más de mil años el pueblo judaico estuvo instalado en muchos puntos de la geografía aragonesa, compartiendo esas tierras con otras civilizaciones y culturas, de una manera respetuosa y generosa.

Así, cristianos, musulmanes y judíos, convivieron durante siglos en la Comarca de las Cinco Villas, y en ella se puede descubrir hoy, sin aglomeraciones y en el estado más puro, el paso de las distintas culturas. Esta ruta por las Juderías pretende realizar una aproximación al pasado sefardita de la Comarca, a través de las diferentes aljamas que nacieron en esta tierra durante los siglos XI y XII, y que se extendieron por toda ella gracias a las cartas de población y a los incentivos fiscales.

La localidad de Tauste es el punto de partida de este viaje al asado hebraico de la Comarca. En las actuales calles de San Bartolomé, Pedro IV de Aragón y López Arbizu se encuentran las huellas de los antiguos judíos que poblaron esta localidad antes de su expulsión en 1492.

Paseando por estas calles todavía se puede ver la fachada del edificio que con toda seguridad fue la sinagoga, junto a la pequeña ermita de San Bartolomé. Entre una y otra existe una casa adosada años después, pero que en tiempos debía ser un gallizo por el que se accedía a la sinagoga. Se cree que los seis arcos que se conservan en la fachada y otros que ya no existen representan a las doce tribus de Israel.

El siguiente punto en el camino es Ejea de los Caballeros, actual capital de la Comarca, cruce de caminos desde antiguo que es una joya histórica y monumental por sí sola. En ella han quedado claras huellas del urbanismo medieval, un prestigioso conjunto arquitectónico integrado por una variada arquitectura religiosa, que guarda en su interior relevantes colecciones de arte mueble.

Su barrio judío se localiza donde actualmente está el Barrio de la Corona, uno de los núcleos más importantes con una población de casi 300 judíos y que fue considerado la quinta Aljama de Aragón.

Hoy en día se está realizando un proyecto de recuperación del casco histórico, así como la puesta en marcha de un Centro de Interpretación sobre la medicina y la astrología judía medieval y que sirva a su vez de centro director sobre las demás juderías que existen en la Comarca.

Dejando atrás Ejea, los pasos del visitante deben dirigirse hacia Luna, localidad situada al pie de la sierra, en la vega del río Arba de Biel. Luna goza de un urbanismo medieval que invita al viajero a volver al pasado, con su plaza mayor porticada como elemento más emblemático, además del barrio judío con un espacio sefardí. Este barrio, centralizado en torno a las calles de Puyfranco y Codillo, es otro de los asentamientos hebraicos imprescindibles de la Comarca, cuyos orígenes se remontan al siglo XII.

Desde Luna, la ruta continúa su camino hasta llegar a El Frago y posteriormente a Biel. La judería de Biel está situada al norte de la población y ocupaba lo que actualmente es el Barrio Verde. Esta judería fue la segunda aljama den importancia de la comarca cincovillesa, después de la de Ejea, ya que más de la mitad de la población que vivía a principios del siglo XV era judía.

El municipio tenía dos centros principales, el social que era la zona comercial y el espacio donde se celebraban días festivos, esta zona correspondería con la plaza de la Caudevilla y otra zona para actos religioso situada en la calle Barrio Verde donde se situaba la sinagoga.

Como curiosidad, las diferentes procesiones que actualmente se celebran en Biel, no van por la calle Barrio Verde, haciendo así un extraño recorrido porque, según cuenta la tradición, no puede pasar por delante de "la iglesia de los judíos".

A continuación se visita la localidad de Luesia, municipio de urbanismo y de caserío medieval, en el que el visitante puede pasear por el barrio judío que aún conserva, y además, descubrir la Casa Consistorial, del siglo XVI, así como palacios y casas señoriales del mismo siglo, que junto con las edificaciones románicas y el castillo fortaleza del siglo X configuran una relevante joya arquitectónica y monumental.

La ruta lleva al visitante a Uncastillo. Esta población conserva intacta su judería, que en un principio se situaba en los alrededores de la peña Ayllón, asentamiento originario del castillo. Aunque poco a poco la población judía fue descendiendo por los callizos hasta vertebrarse a través de la calle Barrionuevo.

El barrio quedó delimitado mediante portales que se cerraban por la noche o en caso de peligro. Es interesante observar la hendidura que hay tallada en la mayoría de las jambas de las puertas donde se colocaba el mezuzah que contenía el texto versificado de la semah, y que ahora en muchos edificios está sustituido por cruces.

El cementerio se encontraba a extramuros, sin que el cortejo fúnebre atravesara el barrio cristiano. Para ver los restos que quedan del cementerio se debe atravesar el puente de Barrionuevo y llegar hasta el complejo deportivo del municipio.

Por último, esta ruta hebraica lleva al aventurero a Sos del Rey Católico. El barrio judío de Sos es, en la actualidad, el Barrio Nuevo. Recorrido por una calle, desde ella salen vías que llevan a parte del pueblo y callejones que se pierden dentro del propio barrio, como por ejemplo la calle "Sal si puedes".

La plaza de la sartén es un lugar pintoresco dentro de este barrio al que se le atribuye este nombre por mantener una forma parecida a la de una sartén. En las puertas de muchas casas puede descubrirse que suerte corrieron los moradores de las mismas cuando la expulsión de los judíos se llevó a cabo, puede verse, por ejemplo, una cruz y la mezuzah tapada, eso quiere decir que el habitante se convirtió al cristianismo borrando así su pasado.

UNA COMARCA TURÍSTICA

Las rutas propuestas por la Comarca cincovillesa, como la anteriormente descrita, sirven de esta manera para acercar la historia de sus municipios a todos los visitantes, así como para hacer de la visita una experiencia más atractiva.

De todos modos, ésta es una comarca que recibe miles de visitantes, como indican los datos de personas que, durante su viaje, han pasado a recoger información por las oficinas de turismo de las distintas localidades.

Así, entre los meses de junio, julio, agosto y septiembre de este año, la oficina de turismo de Ejea de los Caballeros, una de las localidades incluidas en la ruta de las juderías, recibió 1.530 visitantes; y la de Sos del Rey Católico, 19.610; pudiendo ser muchas más las personas que recorrieron las Cinco Villas en ese periodo sin hacer una parada en las oficinas de turismo.