Zaragoza.- La Fundación Ozanam destinará la recaudación del XXI Rastrillo Aragón a financiar una residencia en Oliver

Actualizado: miércoles, 24 octubre 2007 15:33

ZARAGOZA, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Fundación Federico Ozanam destinará la recaudación de la XXI edición del Rastrillo Aragón, a financiar el equipamiento y la puesta en marcha de la nueva residencia y centro de día para mayores que se construirá en el zaragozano barrio Oliver y que prestará servicio a más de 200 personas.

El Rastrillo Aragón 2007, la 'Fiesta de la Solidaridad', abrirá sus puertas este viernes, 26 de octubre, en la sala multiusos del Auditorio de Zaragoza, y permanecerá abierto hasta el 4 de noviembre, en horario de 11.00 a 21.00 horas, de forma ininterrumpida y con entrada gratuita.

El presidente de la Fundación Federico Ozanam, Enrique Santamaría; la vicepresidenta de la Fundación, Ana María Cortés; el subdirector general de Caja Inmaculada (CAI), Juan Antonio García Toledo; y una de las fundadoras de la Fundación, Pilar Ríos, presentaron hoy en rueda de prensa las novedades de esta vigésimo primera edición del rastrillo y dieron a conocer el proyecto de residencia y centro de día que la Fundación y CAI llevarán a cabo en el barrio Oliver.

El Rastrillo Aragón de la Fundación es "una cita con Zaragoza, que ya se ha acostumbrado" a acoger anualmente este evento, tanto que "el año pasado, el último día, hubo que rogar a las personas que abandonasen el salón porque había que cerrar", aseguró Ana María Cortés. Esta multitudinaria asistencia de los zaragozanos al rastrillo es "estimulante" para organizar las siguientes ediciones.

Desde el viernes, la sala multiusos del Auditorio acogerá 31 puntos de venta, en los que se podrán comprar desde complementos a ropa, "nueva y de segunda mano", muebles, flores, y objetos de navidad. Además, se podrán tomar tapas elaboradas por las voluntarias y habrá un bar y una pastelería de servicio permanente. "Como es por una buena causa, los pasteles no engordarán sino que serán dietéticos", bromeó Cortés. En el restaurante, que atenderán cada día "importantes restaurantes" de la capital, se podrá comer "por 25 euros" los días laborables.

El rastrillo "es el resultado de un esfuerzo anual, sólo es la manifestación externa de un trabajo interno que hacen las voluntarias de la Fundación durante todo el año", y tiene como finalidad "ayudar a la Fundación a que desarrolle sus trabajos". Así, los fondos que se obtengan en esta edición "y las siguientes" se destinarán "al equipamiento de la residencia que proyectamos en el barrio Oliver, que supondrá dos o tres millones de euros", porque hay que equipar más de 200 habitaciones.

También es una demostración "del rendimiento extraordinario de las 900 voluntarias de la Fundación, y de las personas que asisten", un total de 150.000 visitantes en la anterior edición que permitieron que el mercadillo obtuviese, en diez días, unos beneficios superiores a los 600.000 euros. Esto "supone mucho trabajo y mucha aceptación por parte del público de Zaragoza", valoró Cortés.

Este año, "una persona de Zaragoza ha donado piezas de muebles antiguos y también de pintura de mucha categoría. Toda su donación se va a instalar en un sólo stand, 'El rincón del coleccionista', que merece la pena visitar porque hay obras muy importantes que ayudarán a redondear los beneficios del rastrillo", afirmó.

Asimismo, como novedad, en la entrada al rastrillo se instalará un Punto Solidario, donde los visitantes podrán obtener información sobre los proyectos y actividades relacionados con la Fundación; y Caja Inmaculada, a través de su club infantil CaiTú, desarrollará distintas actividades para los más pequeños, como cuentacuentos, espectáculos con guiñoles, castillos hinchables y talleres de globoflexia, velas olorosas o jabones de colores.

El Rastrillo Aragón, que "siempre es igual pero siempre es distinto", consideró el subdirector general de CAI, Juan Antonio García Toledo, es uno de los principales medios que tiene la Fundación para obtener recursos económicos para desarrollar sus proyectos, y en el mismo trabajan 400 profesionales y cientos de voluntarios.

CENTRO EN EL BARRIO OLIVER.

La recaudación del XXI Rastrillo Aragón, así como los fondos que se obtengan de ediciones posteriores se destinarán a equipar y poner en marcha la residencia y centro de día que la Fundación instalará en el barrio Oliver, un proyecto "de gran envergadura y socialmente muy interesante", en opinión de García Toledo.

CAI construirá un centro para personas mayores que contará con 210 plazas en residencia y otras 50 en centro de día. La mayor parte de las personas que acoja el centro serán dependientes. Para poner en marcha el centro, que equipará y gestionará la Fundación Federico Ozanam, será necesaria una inversión de cerca de ocho millones de euros, la mayor inversión que CAI ha realizado hasta el momento en una obra social y que se aprobó ayer en la asamblea general del segundo semestre de la entidad, afirmó su subdirector general.

El Centro CAI Ozanam se ubicará en el barrio Oliver, entre las calles Ibón de Escalar y Camino Camisera. Las obras comenzarán, según lo previsto, en septiembre de 2008 y la apertura del centro tendrá lugar en 2010. La parcela sobre la que se construirá, de más de 7.500 metros cuadrados, ha sido cedida por el Ayuntamiento de Zaragoza. El Gobierno de Aragón, por su parte, ha otorgado una subvención de 495.000 euros para la puesta en marcha del centro.

La Fundación Federico Ozanam ha diseñado para este centro un nuevo concepto de residencia: las unidades de convivencia reducidas. Estas se basan en que el grado de autonomía o dependencia del residente determina la zona en la que vivirá y se relacionará con los demás, según sus necesidades de atención terapéutica y sus capacidades psíquicas. En el caso de enfermos de alzheimer, y otras alteraciones graves de conducta, se crearán unidades específicas. Habrá once unidades de convivencia que funcionarán como pequeñas residencias de entre 22 y 25 plazas.

La residencia tendrá "un 80 por ciento de habitaciones individuales", aseguró el presidente de la Fundación, Enrique Santamaría. La construcción del centro responde al "déficit de residencias" que existe en la capital aragonesa "y a la lista interminable de personas que necesitan" este tipo de equipamientos, recordó Juan Antonio García Toledo.

En este sentido, "la Fundación estaba preocupada con la residencia, porque tenemos a 420 personas en lista de espera y cuando estábamos buscando financiación" para desarrollar el proyecto "se nos apareció CAI", explicó Ana María Cortés. "Hemos estado veinte años luchando para ver una residencia y ahora ya la vemos, y queremos que en ella reine el amor y las personas que la ocupen sean felices", concluyó Pilar Ríos.