CALATAYUD (ZARAGOZA), 4 (EUROPA PRESS)
La Hermandad de la Purísima continúa con las obras de consolidación de la Ermita de La Purísima. Estas obras han sido encargadas a José Luis Bernal, quien se está haciendo cargo de todos los trabajos de albañilería, y a Juan Calonge, quien realizará la pintura de la histórica ermita.
La Hermandad de la Purísima ha contado con un presupuesto de 7.500 euros otorgados por el Ayuntamiento de Calatayud para acometer el proyecto de consolidación y pintado de las instalaciones, informa el Consistorio bilbilitano en una nota de prensa.
En estos momentos, las obras continúan a buen ritmo. Se han puesto una grapas especiales en las paredes y suelos que, debido al paso del tiempo, se encontraban agrietados; y se ha levantado todo el altar mayor, ya que al ser de madera contenía carcoma, con lo que se ha tenido que echar hormigón y construir un suelo nuevo.
Por otro lado, también se han llevado a cabo la renovación de las escaleras, ya que se encontraban en un pésimo estado de conservación. Cuando se terminen todas las obras de albañilería, se procederá a las tareas de pintura y limpieza de la ermita.
La Ermita de La Purísima, dedicada a la patrona del barrio, fue construida hace siglos sobre uno de los torreones de la antigua Puerta de Soria y sobre el arco de entrada, en lo que era parte del recinto amurallado construido originariamente por los musulmanes. En una segunda fase se prolongó la ermita hacia la calle de Soria y se abrió por ella la entrada principal, configuración que es la que se mantiene en la actualidad.
Depende de la Hermandad de la Purísima, que se dedica a su mantenimiento y conservación con continuos trabajos de reparación. Han sido varios los que ha llevado a cabo a lo largo de los años. El más reciente fue la sustitución del tejado, con la instalación de sistemas de impermeabilización, una amplia obra que llevó a cabo hace aproximadamente seis años.
También se han encargado de obras de mantenimiento de manera constante, caso de la reparación que tuvo que llevar a cabo después de que, el pasado verano, se desprendiera el falso techo de escayola situado en la sacristía.