MARA (ZARAGOZA), 20 (EUROPA PRESS)
Las imágenes de San Sebastián y San Fabián, patrones de la localidad de Mara, podrán salir de nuevo en procesión, cada veinte de enero, a la Ermita de San Fabián, tras ser restauradas por la Escuela Taller "Pietro Morone" en su sección de restauración de arte mueble.
Se trata de unas tallas de gran devoción en la localidad zaragozana de Mara, por lo que a su relevancia artística se le añade un gran valor emocional, informan desde la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ).
El presidente de la DPZ, Javier Lambán, se trasladará hoy a la localidad para compartir con los vecinos esta tradición, que este año se realizará al completo al incorporarse las tallas de los patrones ya restauradas.
Lambán, junto con el alcalde de la localidad, Roberto Ibarra, también aprovechará su estancia para visitar también la nave donde se procede a la limpieza y catalogación de los restos hallados en las excavaciones de Segeda, la ciudad celtibérica, en cuyo proyecto colabora la Diputación de Zaragoza.
ASPECTOS HISTÓRICO-ARTÍSTICOS
La talla de San Fabián se puede considerar como una pieza del Barroco clasicista, desarrollado en Aragón en la primera mitad del siglo XVII, a diferencia de San Sebastián que se puede datar en el siglo XVI.
A pesar de que ambas piezas se encontraban repolicromadas, tras realizar exhaustivos análisis se tomaron caminos diferentes en el proceso de restauración. En la escultura de San Fabián la capa de repinte no presentaba otra opción que la retirada del color falso. Sin embargo, el busto relicario de San Sebastián disponía de una exquisita repolicromía, por lo que se determinó la no extracción del repolicromado asumiéndolo como un acontecer de gran valor histórico artístico. Además tanto en la talla de San Fabián como en el busto relicario de San Sebastián fue necesario la reposición de dedos perdidos en las manos, que tras ser moldeados por el restaurador a imitación de la posición original, fueron tallados por el taller de carpintería de la propia escuela taller.
San Fabián, elegido Papa a través del designio divino de una paloma blanca, se presenta ataviado con las vestiduras papales. En origen, la imagen de este santo, decapitado por orden del emperador Decio y enterrado en la catacumba de San Calixto, pudo sostener uno de los símbolos iconográficos más característicos, la cruz papal de triple travesaño. Hoy, sólo se conserva la réplica de una cruz patriarcal de dos travesaños, propia de los obispos.
San Sebastián, joven centurión romano, fue condenado a muerte por Diocleciano. La iconografía del mártir como efebo imberbe, se generalizó a finales del siglo XV, cuando se le atribuían poderes contra la peste. La rigidez de la imagen y sus correctas proporciones permiten datar la obra en el siglo XVI.