ZARAGOZA 4 Sep. (EUROPA PRESS) -
El teniente de alcalde de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Zaragoza, Antonio Becerril, y el director de la oficina en Aragón de la Asociación de Naciones Unidas, Francisco Salas, han presentado esta mañana un libro-cd "Música de las corridas de pollos en Aragón", en el que se recupera mediante texto y música la tradición perdida de las corridas de pollos.
Los encargados de recoger y recuperar esta tradición han sido el autor de la música incluida en el cd, Pepín Banzo, y los responsables de los textos incluidos en el cuadernillo, Celedonio García y José Antonio Adell. Celedonio García ha explicado que las antiguas "carreras de pollos" establecían metas volantes dotadas de distintos galardones alimenticios --con el fin de fomentar la espectacularidad de los sprints en carrera-- y un premio final que consistía en pollos vivos, que, en ocasiones, suponían el sustento de toda una familia.
El Ayuntamiento de Zaragoza, concretamente el Área de Participación Ciudadana, junto a la Asociación para las Naciones Unidas de Aragón (ANUE), han ayudado a rescatar esta tradición vecinal, como seña de identidad. Los coordinadores de ANUE y de la Comisión Española de la UNESCO, Jesús Arroyo y Fernando López, han destacado que su trabajo es "utilizar el deporte como método de cultura de paz". Por su parte Francisco Salas ha comentado que su objetivo es "sensibilizar a la sociedad de que el deporte es un cauce de paz para conseguir los objetivos del milenio".
Antonio Becerril ha subrayado que no hay que perder las costumbres y las tradiciones porque "no hay futuro sin pasado" y, por ello, desde el consistorio zaragozano se apoya a las miles de iniciativas de las asociaciones que pretenden recuperar las tradiciones aragonesas. De esta manera, Becerril ha indicado que desde el Ayuntamiento se pretende realizar un libro guía para dar a conocer estas iniciativas.
Asimismo, el concejal delegado de Deportes, Luis Pastor, ha anunciado en la presentación del libro-cd, que se está intentando que durante las fiestas del Pilar se recupere esta tradición celebrando una corrida de pollos, probablemente, en el Paseo Independencia.
El presidente del distrito del Arrabal, Ricardo Cavero, ha comentado que el proyecto de Naciones Unidas es "maravilloso y hace que el barrio sea un foco cultural y se convierta, además, en un foco de actividades".
EL LIBRO-CD
El libro-cd consta de 16 pistas musicales relacionadas con las tradicionales carreras de pollos de Aragón como las corridas de Albalate del Arzobispo y Pancrudo, el pasodoble de La Horca de Belchite, el baile del pollo de Estercuel o seis jotas de Ronda cantadas algunas por el mítico Cecilio Navarro.
En el cuadernillo anexo cuentan la historia y muestran las fotos e ilustraciones de las corridas de pollos tanto en la ciudad de Zaragoza como en el resto de Aragón. Se distribuirá por los centros comerciales a principios del mes de octubre y se repartirá gratuitamente en las escuelas y bandas de música tradicional y en las localidades donde se celebren las carreras.
CORRIDAS DE POLLOS
Estas carreras se popularizaron en el siglo XIX por todo Aragón y su nombre se debe a la recompensa que recibían los premiados, ya que, como ha explicado Celedonio García, el ganador recibía tres pollos, el segundo, dos pollos y el tercero, un pollo, incluso el que quedaba cuarto recibía una cebolla.
La dinámica de las "Carreras de pollos" es tan variada como lugares de Aragón. Lo habitual era que los pollos estuvieran colgados en la línea de meta en un horca sostenida por el alguacil. Así, el primero de los clasificados se llevaba con sus propias manos el premio. Normalmente se daban tres pollos al primero, dos al segundo y uno al tercero, aunque no siempre era así. Era costumbre además, colgar en la misma horca una cebolla que se daba al último corredor o "pollero" que pasaba por la línea de meta.
Algunos de los pioneros son los corredores Mariano Bielsa, Dionisio Magén o Dionisio Carreras, que fue el primer olímpico aragonés. Las plazas mayores, el entorno de una balsa o las plazas de toros eran algunos de los escenarios de este evento, donde los corredores debían dar un número elevado de vueltas. Más tarde, los circuitos urbanos y los campos de fútbol fueron sustituyendo a otros recorridos, como caminos o carreteras.
Las corridas de pollos no eran exclusivas de las poblaciones rurales, sino que también se celebraban en la ciudad. En los primeros años del siglo XX se celebraban en los barrios de Zaragoza más de 50 "carreras pedestres" o "corridas de pollos", siendo la última de la que se tiene conocimiento la celebrada en 1974 y que ganó José Esteban Gimeno.
Se tiene constancia de incluso de carreras de este tipo a finales del XIX, como la realizada en el barrio de Peñaflor en 1883 ó la que se hizo en 1887 en la bifurcación de la carretera de Madrid con la de Navarra donde el ganador se llevó 50 pesetas y seis pollos. Actualmente, el único barrio que mantiene esta tradición es Peñaflor.
De las corridas de pollos han surgido numerosas muestras culturales que han hecho honor a esta tradición tan peculiar, como pinturas, esculturas de los mejores corredores, cuentos o novelas. Además, también han surgido otros actos culturales alrededor de esta fiesta, como el pregón, la música que acompañaba a las carreras y los bailes, en los que el ganador elegía a la moza con la que quería bailar y honraba a la familia de la misma.