Zaragoza.- El Palacio de Sástago de la DPZ despide mañana los lienzos del pintor ejeano Vicente Berdusán

Actualizado: sábado, 25 noviembre 2006 11:49

ZARAGOZA, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -

La exposición 'Vicente Berdusán (1632-1697), el artista artesano', muestra que recoge diversos cuadros del pintor ejeano, se despide mañana domingo, 26 de noviembre, del público del Palacio de Sástago de la Diputación de Zaragoza (DPZ).

En la muestra, además de grandes cuadros destinados a retablos y capillas, pueden verse también hasta mañana obras de formato más pequeño. En total, la exposición se compone de una selección de 36 obras, 21 de ellas restauradas para la ocasión, y de algunas otras de carácter inédito.

Los lienzos podrán visitarse hoy sábado, de 11,00 a 14,00 horas, y de 18,00 a 21,00 horas; y mañana domingo, de 11,00 a 14,00 horas; últimos días antes de que la obra del ejeano abandone las instalaciones del Palacio.

Vicente Berdusán Osorio nació en enero de 1632 en el municipio zaragozano de Ejea de los Caballeros, localidad cincovillesa donde transcurrió su infancia. En 1640 quedó huérfano de padres y se trasladó a Tudela (Navarra), donde su tío, el arquitecto y escultor Juan de Gurrea, asumió su tutela.

En 1644 se inicia una laguna en su biografía que dura hasta 1653, en que reaparece en Tudela; estos diez años coinciden con el momento en que Berdusán recibiría una primera formación artística que pudo tener lugar en Zaragoza, donde por esos años habitaban algunos familiares cercanos. En 1655 casó con Margarita Saviñán Royo y de este enlace nacieron siete hijos.

Asentado en la capital de la Ribera, donde vivió y trabajó hasta su muerte el 30 de enero 1697, Berdusán abrió un taller de pintura que abasteció de pintura religiosa, género al que se dedicó en exclusiva, a un extenso territorio que tuvo su centro en el valle medio del Ebro y abarcó Navarra y Aragón, con extensiones hacia País Vasco y La Rioja.

De sus primeros años de actividad, entre 1655 y 1660, únicamente hay algunos testimonios documentales y ninguna obra conservada, y su primera pintura firmada y fechada es, hasta el momento, un San Miguel arcángel pintado en 1660.

La década de 1660 es la de su consolidación profesional y definición del estilo, que evoluciona desde unos planteamientos algo arcaicos a una forma de pintar desenvuelta donde progresivamente van prevaleciendo el color y los efectos lumínicos, en perfecta sintonía con la forma de hacer de los artistas coetáneos de la escuela madrileña.

A comienzos de los años 70 Berdusán alcanza la madurez y su pintura logra cotas de gran calidad, nivel que se mantendrá en la década siguiente. Su producción aragonesa se incrementa notablemente y en ella destacan los encargos oscenses, y el conjunto pictórico realizado para el Real Monasterio de Santa María de Veruela.

La década de 1680 fue también especialmente fecunda para la producción aragonesa de Berdusán tanto por el número de encargos como por su entidad y calidad. El pintor trabajó, sobre todo y de forma simultánea, para Magallón y Daroca (Zaragoza), y también lo hizo de manera ocasional para Gea de Albarracín (Teruel), Maluenda y Villafranca de Ebro (Zaragoza).

Los últimos años de la trayectoria artística de Berdusán, entre 1690 y 1697, están marcados fundamentalmente por las obras realizadas para el obispo de Tarazona, Bernardo Mateo Sánchez del Castellar, natural de Ojos Negros (Teruel), cuyo secretario era un hijo del pintor, Gaspar Vicente; y por la relación artística establecida ya en la década anterior con los duques de Villahermosa.