Zaragoza.- La Sala de Arte del Cuarto Espacio hace un recorrido a través de los libros de historia local publicados

Europa Press Aragón
Actualizado: martes, 19 diciembre 2006 15:44

ZARAGOZA 19 Dic. (EUROPA PRESS) -

La sala de arte del Cuarto Espacio de la Diputación de Zaragoza (DPZ), situada en la Plaza de España de la capital aragonesa, acoge a partir de mañana, 20 de diciembre, y hasta el 22 de enero de 2007, la exposición 'Tejer la historia de nuestros pueblos', organizada por la Institución 'Fernando el Católico' (IFC) y el área de Cultura de la Diputación de Zaragoza.

La diputada de Cultura de la Institución Provincial, Cristina Palacín, el coordinador del área de difusión de la IFC, Agustín Ubieto, y el comisario de la muestra, Pedro Ciria, han sido los encargados de presentar hoy esta exposición que hace un recorrido a través de los volúmenes de la historia local publicados hasta el momento, ubicándolos en el espacio y en el tiempo, teniendo en cuenta además su calidad y sus aportaciones.

Por otro lado, se muestra desde dentro, y a través de ejemplos reales, la desconocida labor científica del historiador que, paso a paso va convirtiendo las huellas que la historia ha ido dejando diseminadas en un libro riguroso y clarificador.

Esta exposición, hay que "unirla al trabajo de investigación que se viene realizando desde los centros de estudio y la IFC, que ha permitido que se pueda recuperar la memoria histórica, así como reforzar el sentimiento identitario de los ciudadanos con sus municipios", señaló Cristina Palacín.

"También hay que decir que esta muestra la vertebra un elemento pedagógico que contribuye a acercar lo que es la historia al visitante" de la misma, apuntó. "Por una parte, posibilita realizar un recorrido por la historia local, a través de los libros publicados hasta ahora en Aragón, y por otra muestra la labor científica del historiador, su figura y su tarea desde que recoge unos indicios hasta que los puede poner en valor haciendo un buen libro de historia local", describió.

El contenido se adapta a todo tipo de visitantes, ya que además de aportar pistas y sugerencias para entender la ciencia histórica, se indica el camino que cualquier interesado podría tomar para adentrarse en la historia de su localidad.

"La principal dificultad era exponer libros y había que hacerlo de forma que llegara a todo el mundo, especialmente a los chavales que tienen que aprender historia y cómo se hace una investigación", explicó Pedro Ciria. Por este motivo, "la exposición se realizó en dos fases que en la sala se identifican con las dos plantas de la muestra", añadió.

En la primera planta se hace un repaso a los libros de historia local editados, que tienen como epicentro el gran mapa central de la sala principal, que recoge una selección de municipios aragoneses y algunos de los libros sobre su historia. "Ahí se explica el tema y la exposición, y presentamos quienes son los investigadores a través de ejemplo reales, para lo que hemos seleccionado a tres historiadores: Antonio Beltrán, Antonio Ubieto, y Ricardo del Arco", señaló el comisario de la muestra.

"Ellos, dibujados en la pared, nos dan entrada a la muestra y nos enseñan que son personas que no sólo viven y duermen en la biblioteca sino que salen más allá", apuntó. En esta planta "tenemos también uno de los elementos más importantes: los lugares de trabajo del historiador que sale de los archivos, conoce los lugares, y habla con la gente", apostilló. Todo ello se rodea de distintos elementos como maquetas y reproducciones, "unido a la colección de historias locales que preside la sala, situada detrás del mapa".

En torno a este mapa, varios puntos temáticos cubren las paredes: 'las cualidades del investigador', 'Quiénes son los investigadores' y 'Los lugares de trabajo'. Todo ello se completa con una colección de miniaturas con elementos etnológicos, una selección de documentos históricos que incluyen una bula papal con sello de plomo de Gregorio XIV o el árbol genealógico de la casa de los Aranda.

La segunda planta está dedicada a la labor propiamente dicha del investigador y la forma que tiene de convertir ciertos indicios en un buen libro de historia local. Para ello se repasan puntos como 'La calidad de los trabajos', 'Cómo se hace un libro de historia local', 'Las fuentes' y 'La plasmación'. Aquí se plantea la forma de trabajar del historiador local, cómo hace un libro de historia local "con la suficiente calidad como para publicarlo en la colección", indicó Ciria.

"Hemos hecho un planteamiento lo más gráfico posible para que los visitantes puedan seguirlo de una forma sencilla, y no animando a que todo el mundo se ponga a hacer libros de historia local, sino demostrando que el historiador es alguien muy cercano a la población", aseveró el comisario. Para entenderlo mejor, "hemos creado un caso práctico de un pueblo desconocido, Godojos, y a través de documentos seguimos paso por paso el proceso investigador".

Además se introducen ciertos elementos característicos como juegos tradicionales o la proyección de fotografías antiguas. También existe un punto interactivo donde consultar la completa base de datos publicada para la exposición (publicación número 2664 de la IFC) y una sala taller donde los escolares podrán cumplimentar la guía didáctica referida a la temática de la exposición.

LA LABOR DEL INVESTIGADOR

Por su parte, el coordinador del área de difusión de la Institución 'Fernando El Católico', Agustín Ubieto, resaltó que "Aragón es una de las comunidades más ricas en producción de las llamadas hasta ahora historias locales; en realidad, municipales ya que cuando se estudia una población se estudia también su entorno, el municipio".

"Observando las publicaciones sobre historias locales publicadas, la mayoría financiadas con dinero público, llegamos a la conclusión de que había una multiplicidad de historias locales", apuntó Ubieto.

"Algunas de ellas son simples estampas, descripciones literarias; otras son auténticos archivos de datos difíciles de manejar, como la historia de Montalbán y su comarca; y otras simplemente recopilan datos pero ni sintetizan ni valoran, algo que es necesario para que haya investigación", recordó. "Ese proceso es lo que se va a ver en la exposición", aseguró.

Ubieto explicó cómo ahora, en las aulas, se intenta enseñar a los alumnos en qué consiste y cómo se hace una investigación. Ubieto indicó como a través de su ponencia 'Enseñar y aprender a investigar en el aula a través de un personaje de ficción, doña Urraca', se persigue este objetivo, explicando al alumno que para que sea científico, el trabajo debe reunir cuatro características", pasos como buscar fuentes, recopilar datos, analizarlos, sintetizar y exponer las conclusiones. "En cada uno de estos pasos hay quien se queda cojo y no consigue hacer un trabajo de investigación", recordó.

"A los profesores les dicen que deben enseñar a los alumnos como es el proceso investigador y eso es difícil. Esta exposición puede servir de ayuda, no para que se hagan investigadores a los alumnos sino para que cuando vean una obra tengan criterio y distingan una verdadera investigación", aseveró Ubieto.

"Hay que reivindicar una mayor necesidad y un mayor rigor histórico en los municipios porque la voluntad y el amor por nuestros pueblos no siempre permite elevar a rango científico la historia local", concluyó la diputada de Cultura de la DPZ, Cristina Palacín.

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