La crisis baja el plazo máximo de entrega de una gaita asturiana a un año, y sólo sube en el único taller mecanizado

Vicente Prado 'El Pravianu' Trabaja Con El Torno En Su Taller De Lugones.
EUROPA PRESS
Actualizado: domingo, 19 junio 2011 16:49

OVIEDO, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -

El plazo máximo de espera que ha de afrontar un cliente que encargue una gaita asturiana ha descendido a un año, periodo que llegó a ser de unos tres años en los mejores momentos del sector, a mediados de los 90. El mínimo se sitúa entre la entrega inmediata y los 15 días. La crisis económica principalmente, junto con la saturación del sector, son las principales causas aludidas por los artesanos.

Responsables de los cinco talleres que hoy en día trabajan profesionalmente en Asturias han analizado la situación actual de esta actividad en declaraciones a Europa Press. Sólo en uno de ellos no se ha percibido descenso de producción o de lista de espera: en el del gaitero de Vicente Prado 'El Pravianu' (Lugones), que trabaja por venta directa y su entrega suele ser en el acto, y el de Chus Solís (Langreo), único que cuenta con producción en serie mecanizada, y único también que ha percibido un aumento de productividad en los últimos años. Su plazo ha subido en el último año de los tres a los siete meses.

El resto de los constructores que oficialmente funcionan (Carlos Moreno en Gijón, Miguel Alonso, en Colunga, y Fernando Mori, en Oviedo) han notado bajadas, aunque con diferentes medidas para sus respectivos negocios. Otros dos históricos artesanos del instrumento han parado su actividad: Alberto Fernández Velasco, de Gijón, cerró su taller hace unos meses y Diógenes García, de Oviedo, ya se ha jubilado.

De los restantes, Nacho Solís vincula la mejora de su actividad a la mecanización de su taller hace cinco años, con la adquisición de maquinaria para la fabricación de gaitas por piezas.

No obstante, la suya no ha sido la única experiencia en este sentido. La fábrica Les Xanes, en Santu Adrianu, cerró en 2005 sin haber tenido apenas actividad, y la gestionada por el gaitero José Ángel Hevia en Guadarrama, Arpha, corrió una suerte similar.

No obstante, Solís matiza que su negocio, además de gaita asturiana, produce otros instrumentos tradicionales, como la xeremía mallorquina, el sac de gemecs catalán o la gaita gallega.

De entre los fabricantes que han notado descenso, algunos han acusado la crisis un poco, como Fernando Mori, o como Carlos Moreno (que en estos momentos tiene encargos de gaita asturiana para EEUU y Rusia), o mucho, como Miguel Alonso, quien está planteándose el cierre, después de que el descenso de la demanda redujese su lista de espera a no más de dos semanas.

PROLIFERACIÓN DE BANDAS DE GAITAS

La falta de liquidez de los potenciales clientes y la bajada de subvenciones a grupos y bandas tradicionales son algunas de las razones aludidas por los artesanos. De hecho, las bandas fueron en su día los principales clientes del sector, tanto para compra como para reparaciones.

El llamado 'boom' de la gaita, a mediados de los años 90, que tuvo su culminación en la edición del disco 'Tierra de Nadie' (1999), de José Ángel Hevia, conllevó la proliferación de estas agrupaciones, desde su práctica inexistencia hasta las 35 entidades que hoy en día funcionan en Asturias. Fue por esta época cuando los artesanos alcanzaron su máxima producción, con listas de espera que, en el caso de Fernando Mori, llegaron a alcanzar los tres años.