OVIEDO 8 Jun. (EUROPA PRESS) -
El hasta ahora jefe de la Comandancia de Oviedo de la Guardia Civil, José Antonio Feliz Cadenas, hoy nombrado general, ha confesado durante su discurso de despedida del cuerpo en Asturias que no sentía vocación por la profesión, y que la fue desarrollando día a día con su trabajo.
Así lo ha señalado, durante el acto en el que se le ha impuesto la la faja de general, y se le ha hecho entrega del sable y el bastón de mando, en el patio del cuartel de Rubín, en Oviedo. A la cita han asistido representantes del cuerpo, como el teniente general Gabella Maroto, quien ha hecho de padrino de fija; de la política, como el delegado de Gobierno, Gabino de Lorenzo (presidiendo la ceremonia) o el consejero de la Presidencia, Guillermo Martínez, además de concejales del Ayuntamiento de Oviedo; y de la Iglesias asturiana, como el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz.
Feliz Cadenas, responsable de la Guardia Civil en Asturias desde 2009, y ahora sustituido por el jefe de la Comandancia de Gijón Juan Bautista Martínez-Raposo, ha realizado, durante su intervención, y un extenso repaso biográfico a su vida en el cuerpo, desde que en 1973 entró en la Academia de Zaragoza.
Así, ha reconocido, al final de su discurso, que no sentía mayor "interés" por el oficio, ni tampoco vocación, más que un "proyecto de inclinación", dado que su padre también fue agente del Instituto Armado. "La verdadera vocación la desarrollé con mi trabajo", ha señalado.
Ha dado un repaso a su primer destino en Barcelona, donde desarrolló servicios de información, y descubrió la dureza de la vida en el cuerpo, con turnos de doce horas y dos días de descanso al mes.
Posteriormente fue ascendido a capitán y destinado a la Academia Especial de Aranjuez (1985), para entrar en 1990 en el Servicio Central de Información de Madrid, donde conoció las vicisitudes de la lucha contra el terrorismo, pero también las problemáticas de las unidades territoriales, desarrollando su interés por ser jefe de comandancia.
Comenzó a ejercer este cargo en su primer destino como tal, en León, en 1997, para posteriormente ser destinado a Asturias en 2009. Recordó también su paso por Guatemala, a finales de los años 90, para formar a la nueva Policía Nacional de aquel país. Ha considerado su estancia en Asturias como "un lujo", y ha destacado su paisaje y su paisanaje.
Ha realizado especial mención a su esposa Carmen, y a sus dos hijos, y también a algunos compañeros, como el número uno de su promoción, Gonzalo González Martínez, fallecido el año pasado, su primer jefe de comandancia, teniente Abilio Gutiérrez Fuertes, su primer jefe de Zona, general de Brigada Carmelo Ruiz, y el propio teniente Gabella Maroto, a quien conoció durante su estancia en Guatemala.