GIJÓN 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
El juicio contra los cuatro policías acusados de poner una multa falsa a un gijonés por venganza quedó hoy visto para sentencia, después de que las acusaciones y el abogado de la defensa argumentaran su alegato en la segunda sesión de la vista oral, celebrada en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón, confirmaron a Europa Press fuentes jurídicas.
El letrado de la defensa pidió la libre absolución de sus clientes e incidió en los fallos que dan las máquinas de sancionar, a la hora de explicar por qué la multa al denunciante en este juicio tenía un número de registro posterior a otras dos sanciones impuestas horas después.
Por otra parte, el abogado rebatió una vez más, como ya lo hiciera al inicio del juicio, que se pueda juzgar a dos de sus defendidos por delitos que no figuran en el auto del Juzgado de Instrucción, como son uno contra la Administración de Justicia y un delito continuado de atentado contra la integridad moral. Ambos delitos figuran en la calificación de la acusación particular, pero no así de la Fiscalía.
En concreto, el Ministerio Público solicita tres años de prisión para cada uno de los imputados, así como el pago de una multa de seis meses con cuota diaria de 8 euros y el pago de las costas. Además, pide que los cuatro imputados indemnicen conjuntamente a la víctima en 300 euros por los perjuicios causados y en 1.000 euros por los daños morales.
En el caso de la acusación particular, pide por el delito de falsedad en documento oficial para cada uno de los cuatro policías cuatro años de prisión, una multa de 15 meses con cuota diaria de 12 euros y seis años de inhabilitación, así como el pago conjunto de una indemnización de 362 euros por la multa que tuvo que pagar el denunciante y 6.000 euros por daños morales.
Además, para dos de ellos pide dos delitos contra la Administración de Justicia, con pena a cada uno de los agentes por cada delito de dos años y medio de cárcel y el pago de una multa de 15 meses con cuota de 12 euros al día, así como la inhabilitación para el ejercicio de su cargo durante cuatro años.
A esto sumó para estos dos policías un delito continuado de atentado contra la integridad moral, por el que solicita, para cada uno, un año y nueve meses y la inhabilitación para la profesión por un periodo de cuatro años.
La acusación afirma que los de los agentes imputados pidieron a los otros dos que firmaran una multa contra un gijonés, del que se querían vengar por haber declarado en contra de uno de ellos en un juicio previo. Según el denunciante, desde aquel juicio había sido recriminado por los agentes, quienes llegaron a denunciarle por resistencia a la autoridad, un hecho por el que fue condenado.
Por contra, los policías que pusieron la multa se reafirmaron en los hechos y aseguraron que pararon al denunciante para ponerle la sanción, después de que se hubiera saltado un semáforo y hubiera obligado a algunos peatones a echarse hacia atrás.