El presidente de Otea, Javier Martínez. - OTEA
OVIEDO, 22 Dic. (EUROPA PRESS) -
El nuevo presidente de Hostelería y Turismo de Asturias (Otea), Javier Martínez, tras la decisión de José Luis Álvarez Almeida de dedicarse plenamente a la presidencia de Hostelería de España repasa en esta entrevista la situación del mercado laboral en uno de los sectores radiografiados este año por el Servicio Público de Empleo del Principado (Sepepa) e incluidos en la campaña 'Funciona gracias a mí' de captación de talento.
-Para empezar, un poco de contexto. ¿Cómo describiría la situación actual de su sector en Asturias? ¿Ofrece buenas perspectivas de futuro? Tras los desafíos de los últimos años, hemos demostrado una gran capacidad de adaptación y recuperación, logrando situar a Asturias en el mapa turístico nacional como un destino de referencia de calidad, naturaleza y gastronomía. Las perspectivas de futuro son positivas, pero exigentes. Asturias está en una posición única para el futuro gracias a nuestra oferta, que se centra en el turismo de naturaleza, la gastronomía de excelencia y la cultura. Este es el nicho de mercado que más crece en la actualidad.
-¿Hay puestos de trabajo sin cubrir? Sí, sin lugar a duda. Este es problema que afronta la hostelería asturiana y, me atrevería a decir, también a nivel nacional. Hay ofertas para cocineros, jefes de sala, personal con idiomas y experiencia en gestión. Los escanciadores son los más difíciles de encontrar. No es solo un problema de cantidad, sino de calidad y de profesionalización del sector para cubrir la demanda del cliente. Debemos seguir trabajando en la dignificación del empleo y en comunicar que la hostelería ofrece salarios competitivos, contratos estables y posibilidades de promoción.
-¿Qué tipos de oficio garantizan la inserción laboral en su sector? La garantía de inserción laboral en nuestro sector está directamente ligada a la cualificación, la especialización y la actitud profesional. No es tanto el puesto base, sino la formación que se le añade. En nuestro sector hay varios trabajos que tienen un altísimo porcentaje de inserción laboral. Por ejemplo, y entre otros, jefes de cocina, cocineros y especialistas como los escanciadores. En el ámbito alojativo, el personal de recepción.
-¿Qué formación le recomendaría a una persona interesada en comenzar una carrera en su sector? Hay diversas salidas que pueden adaptare a las circunstancias de los alumnos, como los cursos con certificados de profesionalidad impartidos por centros como el Centro de Formación de Otea. Estos garantizan la adquisición de las competencias específicas que demanda el mercado ahora mismo y son una puerta muy eficaz de entrada al mercado laboral. No debemos olvidarnos tampoco de los cursos no conducentes a certificados, que son una oportunidad muy útil e interesante para lograr mejorar competencias, tanto para los ocupados, como para los no ocupados que aprovechan un periodo de falta de actividad para seguir mejorando en sus competencias. El Centro de Formación de Otea ofrece un amplio abanico de estas dos modalidades de formación, por lo que invitamos a informarse a cualquier persona interesada.
-¿Hasta dónde puede conducir una carrera con el paso de los años? El límite no existe. Se repiten cada año casos de éxito que demuestran que, con esfuerzo, se puede llegar al máximo nivel de la profesión. Desde Otea recordamos a la chef dominicana María Marte, poseedora de dos estrellas Michelín y un ejemplo muy notable de superación desde sus inicios en España como inmigrante, fregando suelos y lavando platos. Su talento, su paciencia y su capacidad de aprovechar las oportunidades la convirtieron en la gran cocinera actual. El año pasado nos contó su trayectoria en el VII Congreso de Innovación en el Sector Turístico, que organizó OTEA en Oviedo, y fue verdaderamente inspirador. Su experiencia es una demostración de que no hay límites para llevar una carrera profesional a lo más alto.
-¿Por qué es importante su sector? ¿Qué aporta al funcionamiento de la sociedad y la economía? La Hostelería y el Turismo son en la actualidad un verdadero motor económico y el vertebrador social de Asturias. Nuestra importancia es vital y se mide tanto en términos de números como de impacto territorial. Contribuimos de manera muy significativa al PIB autonómico (en torno al 11%). Además, impulsamos indirectamente a otras industrias, desde el productor agroalimentario local hasta el comercio. Hay un aspecto relevante añadido, y es que la hostelería y el turismo son actividades que evitan el despoblamiento. Damos vida y servicio a los pueblos y a las zonas rurales.
-¿Ofrece oportunidades para todo el mundo? ¿Pueden las mujeres, los jóvenes o los parados de larga duración incorporarse con facilidad? En parte, ya se puede deducir por las respuestas anteriores. Sí, una de las grandes fortalezas de nuestro sector es su carácter abierto e inclusivo. Ofrecemos oportunidades laborales para prácticamente todos los perfiles, lo cual es muy útil y relevante para la sociedad. Las mujeres tienen una alta representación en el sector. La han tenido desde siempre. Probablemente seamos una de las actividades profesionales con mayor integración de las mujeres. En Asturias contamos con una entidad como el Club de Guisanderas que evidencia la importancia de las mujeres en nuestro sector. Por otro lado, la facilidad de incorporación de los jóvenes o los parados no depende tanto de la edad o la situación previa como de la actitud y la voluntad de formarse. A través de nuestro Centro de Olloniego, facilitamos que cualquier persona, independientemente de su punto de partida, pueda adquirir las cualificaciones técnicas necesarias para triunfar en un sector que no para de crecer.
-¿Qué cambios se han hecho en los últimos tiempos (ya sea en los salarios o en las condiciones laborales y de jornada) para hacer más atractivo su sector o mejorar la conciliación laboral y familiar? Además de las mejoras acordadas entre sindicatos y empresas, desde el sector se ha promovido el reconocimiento formal de la figura del escanciador de sidra en el Acuerdo Laboral de Hostelería (ALEH) a nivel nacional. Esta categoría profesional está ya consolidada en nuestro convenio colectivo. Con ello, además, consolidamos una profesión única en el mundo y que es emblema de nuestra cultura sidrera, que recibió hace un año el reconocimiento como patrimonio inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Al igual que en otros sectores, buscamos entre todos soluciones dirigidas a mejorar la vida personal y profesional de las personas que trabajan en el sector, considerando siempre las particularidades de la hostelería. Desde Otea siempre resaltamos que en los establecimientos, por las características del trabajo y la cercanía con los trabajadores, se respira un ambiente de familia que, en muchas ocasiones, facilita mucho las relaciones laborales y el desempeño del trabajo diario.
-¿Por qué cree que las empresas no acaban de encontrar los trabajadores que necesitan? Este problema no es solo del sector, ni de Asturias, sino que se extiende a otros ámbitos y a toda España. Influye la necesidad de una mayor capacitación para cumplir con la exigencia de profesionales mejor formados. Desde Otea ofrecemos, como ya comentamos, un programa de formación para que esto no sea un obstáculo.
-Se habla mucho del impacto de la inteligencia artificial y de las nuevas maneras de organizar el trabajo. ¿Cómo concibe el empleo en su sector a diez o quince años vista? En hostelería y turismo vendemos felicidad. Y para ello son imprescindibles las personas. La inteligencia artificial o cualquier mejora para las tramitaciones burocráticas o administrativas es bienvenida, pero el turista que visita una ciudad, que busca disfrutar de una buena comida o estar con amigos en lugares de ocio, necesita que le reciban personas, que además le den un buen servicio y compartan sonrisas, alegrías y compañía.