De Luis dice que Gerardo Herrero le "prometió" que el atestado del atropello se archivaría

Actualizado: lunes, 9 noviembre 2015 12:31

Asegura que el atestado estaba plagado de errores que vulneraban derechos

OVIEDO, 9 Nov. (EUROPA PRESS) -

El exjefe de la Policía Local de Oviedo Agustín de Luis, acusado de paralizar un atestado de tráfico para favorecer al presunto culpable de un atropello ha declarado este lunes que si se archivó el atestado fue "por los muchísimos errores del mismo-- unos 63-- y porque así se lo dijo el entonces Fiscal Jefe, ya fallecido Gerardo Herrero" con quien consultó lo que se podía hacer con ese atestado como lo hacia en otras ocasiones.

"Estoy diciendo la verdad. Si en su día no dije con quien había consultado fue porque Gerardo Herrero me prometió que -el atestado-- se archivaría", ha dicho De Luis.

De Luis ha comparecido este lunes en el juicio ataviado con su toga y ha reiterado que "en ningún momento ocultó el atestado y prueba de ello es que el mismo "fue sustraído". "Ese atestado nunca desapareció", ha insistido de Luis que ha indicado que él examinó el atestado el día 19 -seis días después de los hechos-- y constató que estaba plagado de errores.

El Ministerio Fiscal sostiene que, el 19 de enero de 2012, el acusado, que ocupaba el cargo de Comisario Jefe Principal de la Policía Local de Oviedo, recibió en las dependencias de la Policía Local a un hombre para tratar sobre la situación de su furgoneta.

Ésta, desde el día 13 de ese mismo mes, estaba en el depósito municipal de la calle Francisco Bances Candamo de Oviedo, inmovilizada por decisión de los agentes que extendieron un atestado por el que se había intervenido el vehículo como instrumento de sendos delitos contra la seguridad vial: uno por conducir bajo la influencia de las bebidas alcohólicas y otro por negarse a someterse a las pruebas de alcoholemia, además de haber atropellado a un peatón, aunque sin causarle lesiones apreciables.

El fiscal sostiene que el acusado, por motivos que se desconocen y para favorecer al hombre, dio las órdenes que consideró precisas para que el atestado, que estaba en el mostrador de instructores dentro de su correspondiente carpeta para su salida hacia el Juzgado, no fuese remitido a éste, cercenando de este modo cualquier posibilidad de investigación de los hechos.

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