La madre de la mujer descuartizada en Vallobín relata como le maltrataban "hasta perder el sentido"

Rosario Blanco
EUROPA PRESS
Europa Press Asturias
Actualizado: martes, 13 noviembre 2012 14:35

OVIEDO 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

Rosario Blanco, la madre de María Luisa Blanco, la mujer discapacitada que fue asesinada y descuartizada en 2009 en un domicilio en el barrio ovetense de Vallobín, ha explicado este martes en la vista oral del juicio los malos momentos que pasó los días previos al crimen por culpa de los inquilinos que tenía en casa, acusados del asesinato. "Me tiraban al suelo varias veces y me apretaban la garganta hasta perder el sentido", ha explicado.

El suceso se produjo en la noche de San Juan de 2009 en el mencionado piso, donde vivía Rosario Blanco, junto a la víctima, otro hijo, Pablo B. y tres jóvenes inquilinos, Cristian M. Jesús V. y la pareja de este, una menor, que también tenían un bebé. La Policía encontró el cadáver de María Luisa descuartizado en el congelador. El hermano de la víctima reconoció su participación en el crimen y a partir de ahí arrancó la investigación del macabro crimen.

El fiscal solicita 111 años y 11 meses de cárcel para los inquilinos, Jesús V. y Cristian M por delitos de asesinato y maltrato habitual, junto con tres delitos contra la integridad moral, entre otros. Al tiempo, pide una condena de 25 años y ocho meses de prisión junto con el pago de una multa de 540 euros para el hermano de la mujer, Pablo B., por los delitos de asesinato, maltrato habitual, lesiones, agresión sexual y profanación de cadáveres.

Lo que ha descrito este martes la mujer frente al juez, con serias dificultades a la hora de expresarse y alguna incoherencia, ha sido que en ese piso existía un estado en el que los inquilinos sometían a los propietarios "Yo les tenía miedo, me amenazaban con hacerme daño", ha señalado, al tiempo que ha añadido que utilizaban su tarjeta de crédito para comprarse cosas para ellos. Rosario Blanco relató que fue testigo de la muerte de su hija "escondida" detrás de una puerta. "Tuve miedo por mi vida", ha señalado. Y ha apostillado que la chica menor se puso "más contenta que otra cosa" al comprobar que

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