La Consejería de Medio Ambiente retoma el 8 de febrero los repartos gratuitos de bombillas de bajo consumo

Actualizado: viernes, 1 febrero 2008 17:53

SANTANDER, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria retomará el reparto de bombillas de bajo consumo el próximo viernes, 8 de febrero, en el hospital Universitario Marqués de Valdecilla. El horario en el que los ciudadanos podrán acudir a recoger sus paquetes de ahorro energético al centro hospitalario será de 11.30 a 14.00 y de 16.00 a 19.30 horas.

Con esta iniciativa, a través de la cual la Consejería de Medio Ambiente distribuirá un total de 100.000 bombillas de bajo consumo en toda Cantabria, el Gobierno regional pretende acercar estos dispositivos a un amplio número de hogares de Cantabria.

A través de la iniciativa 'Desafío un millón de bombillas', el departamento ha repartido desde el pasado mes de diciembre más de 90.000 bombillas de bajo consumo en sucesivas actuaciones desarrolladas en diversas localidades cántabras.

El 'Desafío' consiste en instar a los ciudadanos a que con su iniciativa particular se alcance la cifra de un millón de bombillas incandescentes sustituidas por otras tantas de bajo consumo.

Para ello, además de los sucesivos repartos gratuitos de estos dispositivos, la Consejería está realizando labores de sensibilización e información a los ciudadanos sobre los beneficios de este tipo de bombillas, así como de las diferentes medidas que pueden aplicar para llevar a cabo un consumo energético sostenible.

Esta labor de concienciación, que pretende ser la base para "un cambio en la cultura ambiental de Cantabria", la están llevando a cabo los miembros de la Patrulla de Desarrollo Sostenible en cada uno de los repartos. AHORRO.

Con tan sólo el 20 por ciento de la energía que utilizaría una bombilla convencional, las lámparas de bajo consumo son capaces de producir la misma cantidad de luz. En este sentido, este tipo de bombillas facilitan un ahorro energético del 80%, así como una importante reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.

La evidencia de estos beneficios ha motivado que, cada vez más, su uso se esté generalizando. Y es que, las tradicionales bombillas incandescentes implican un consumo innecesario y excesivo, por cuanto convierten en calor el 95% de la energía que consumen y sólo transforman en luz el 5% restante.

La necesidad de reducir la factura energética de todos los países, así como la cada vez más urgente lucha contra el cambio climático, son precisamente las principales causas de que los estados estén apostando por la sustitución paulatina de las bombillas convencionales por otras que garantizan la misma iluminación y un consumo muchísimo menor.

Así, países como Irlanda o Australia ya han dado el paso definitivo para su prohibición a partir de 2009 y 2010, respectivamente.

Por su parte, el Gobierno de Cantabria, a través de la Consejería de Medio Ambiente, ha decidido fomentar en la comunidad autónoma el uso de las bombillas de bajo consumo.