SANTANDER, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -
La localidad de Isla, en el municipio cántabro de Arnuero, acogerá este fin de semana el IV Mercado Medieval y el II Festival del Pincho de mar y huerta, que se desarrollarán este sábado, 30 de junio, y el domingo, 1 de julio.
El Mercado Medieval está organizado por el Centro de Iniciativas Turísticas de Isla y en esta edición se desarrollará bajo el lema 'Isla, tierra de acogida', según la información consultada por Europa Press.
Al igual que en anteriores ediciones, el mercado se celebrará en el aparcamiento del Campo San Sebastián en Quejo, un espacio rodeado de mar.
Además se celebrará el segundo Festival del Pincho de mar y huerta, donde los asociados ofrecerán en sus establecimientos pincho más bebida por el módico precio de 2,50 euros, una razón más para visitar Isla y el Mercado Medieval.
GASTRONOMÍA, ARTE Y PLAYAS
Tierra natal de Juan Fernández de Isla, cántabro emprendedor que potenció a mediados del siglo XVIII la construcción naval de los astilleros de Guarnizo, la localidad de Isla es uno de los centros turísticos más solicitados.
Goza de especial consideración por la calidad de sus langostas y bogavantes, y cuenta, al igual que todo el municipio de Arnuero, con una destacada gastronomía, basada primordialmente en los magníficos mariscos que le proporciona el mar Cantábrico, según destaca la web turismodecantabria.com.
Además y entre su patrimonio histórico-artístico, Isla cuenta con un templo parroquial de finales del siglo XV que alberga un magnífico retablo plateresco, obra de Simón de Bueras en 1542. Restaurado en 1982, este retablo es probablemente el más sobresaliente de Cantabria. También destaca la iglesia barroca (siglo XVII) y el palacio de los condes de Isla, asi como la iglesia parroquial de Castillo.
Y entre las playas más atractivas se encuentran 'La Arena', de 500 metros de longitud, buen acceso y gran valor paisajístico; 'Los Franceses', de 175 metros y acceso peatonal, y el 'El Sable' (200 metros).
Además de la calidad ambiental de sus playas, la belleza de sus tres torres (especialmente la de 'Cabrahigo', en lo alto de una pequeña loma, desde la que se divisa todo el municipio y el mar) y su reconocida oferta gastronómica (basada en la excelente preparación de las langostas y bogavantes procedentes de los viveros naturales de la zona), la villa invita a descubrir un pasado ligado a los condes de Isla, antiguos señores del lugar y poseedores del magnífico palacio que edificaron en el siglo XVII.
