SANTANDER, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
El grupo empresarial de telemarketing Konecta ha alegado que al subrogarse el servicio de Vodafone que prestaba Golden Line en Valladolid y Torrelavega, el convenio del sector le permitía prescindir del 10% de la plantilla y no lo ha hecho. Además, ha destacado que el traslado de los trabajadores de Torrelavega a Valladolid le cuesta "prácticamente" lo mismo -unos 228.000 euros- que lo que le supondrían las indemnizaciones por extinción de los contratos, que ha cifrado en 300.000 euros.
Konecta ha reconocido que el traslado de los 150 trabajadores de Torrelavega a Valladolid es una "medida dolorosa", pero ha negado que se trate de un despido encubierto como denuncian los sindicatos. En este sentido, ha subrayado que han ofrecido mejoras a los trabajadores como ampliar los contratos de jornada parcial a completa y asumir el coste del traslado, un traslado que según ha asegurado responde exclusivamente a razones "organizativas y productivas".
Así lo ha defendido el abogado de Konecta, frente a las críticas de los sindicatos, durante el juicio celebrado este miércoles en el Juzgado de lo Social nº 5 de Santander por las demandas de conflicto colectivo presentadas por CGT, CCOO y UGT, a las que se han adherido CSIF y USO, contra el traslado forzoso de los trabajadores de Torrelavega a Valladolid, traslado que debía haberse ejecutado el 1 de octubre pero que el juez paralizó provisionalmente hasta que dicte sentencia.
Los sindicatos piden la nulidad del traslado colectivo, que se comunicó a la plantilla de Torrelavega en agosto, porque creen que entonces Konecta no estaba legitimada para plantearlo dado que hasta el pasado 1 de octubre no ha sido realmente la empresa empleadora pese a que se adjudicó el contrato de Vodafone en junio (por un importe de 13 millones y para un periodo de cinco años).
Además, ven "mala fe" en su manera de proceder durante el periodo de consultas, entre otras cosas por la "ocultación" de información y documentación económica esencial a los representantes de los trabajadores y porque creen que Konecta en ningún momento ha pretendido negociar, sino que "tenía decidido desde el principio" cerrar el centro de Torrelavega, extremo que la empresa niega.
Los sindicatos sostienen que la negociación con los representantes de los trabajadores, que tuvo lugar en agosto, fue para "cubrir el expediente" porque para entonces Konecta ya había invertido 2,9 millones de euros -previstos como anticipo en el contrato de Vodafone- en el acondicionamiento del edificio que había alquilado en junio en la calle Plata de Valladolid, para albergar a los 1.500 trabajadores de Golden Line que se encargaban del servicio de Vodafone en Torrelavega y en otros cuatro centros de trabajo que la empresa tenía en Valladolid y que "se han refundido en uno".
"No es una medida de traslado forzoso, es abocar a los trabajadores a una extinción indemnizada de sus contratos", ha afirmado el abogado de la CGT. En la misma línea, la letrada de UGT ha señalado que es "un fraude de ley" y que desde el principio lo que se ha pretendido es que los trabajadores pidieran la extinción de sus contratos.
El abogado de CCOO ha añadido que para justificar la medida, la empresa tiene que demostrar una dificultad previa que debe ser superada, algo imposible porque su actividad comienza con el contrato de Vodafone.
Sin embargo, el letrado de Konecta ha asegurado que "no se sabía a ciencia cierta" si se iba a cerrar el centro de trabajo de Torrelavega, y ha explicado que a finales de junio la empresa encargó un informe a un consultor independiente para determinar la conveniencia de mantener los dos centros de trabajo o solamente el de Valladolid.
El autor de ese informe ha declarado en el juicio que mantener los dos centros abiertos no reporta "ventajas" sino "inconvenientes" y ha opinado que la primera opción sólo tendría sentido si hubiera atención presencial. Por el contrario, ha señalado que la unificación de todo el servicio en Valladolid redunda en una optimización del servicio y una mejora de la calidad de atención al cliente, calidad que se ha convertido en un "eje estratégico" para las operadoras por la gran competencia existente en el campo de los precios.
Por su parte, el que fuera director de Recursos Humanos de Konecta hasta el pasado 5 de noviembre ha confirmado que la empresa "tiende" a unificar un mismo servicio en un único centro de trabajo porque es "mucho más eficiente", y ha explicado que este grupo empresarial, formado por "unas 22 o 23 empresas" con más de 13.000 empleados en España, ha aplicado en "numerosas ocasiones" el artículo del convenio colectivo del sector que le permite asumir el 90% de la plantilla y no el 100% en un caso de subrogación.
"LA PRINCIPAL PRUEBA DE BUENA FE"
Para el letrado de Konecta, el hecho de no haber aplicado este artículo y haber asumido a la totalidad de la plantilla de Golden Line, 1.500 trabajadores, con todos sus derechos es "la principal prueba de buena fe" de la empresa, además de "un favor que se hace a los trabajadores". "Necesitamos 1.500 posiciones, pero en un único centro de trabajo", ha explicado tras recordar que el 10% de 1.500 es 150, precisamente el número de empleados de Torrelavega.
Ha añadido que durante la negociación con los sindicatos, la empresa intentó aportar soluciones, y así ofreció pagar a los trabajadores de Torrelavega, en su mayoría mujeres, el viaje de ida y vuelta a Valladolid y el coste de la mudanza, adaptar su jornada laboral dándoles estabilidad en los turnos, ampliar los contratos de tiempo parcial a tiempo completo, y dar prioridad a sus parejas en las contrataciones futuras.
Por el contrario, ha asegurado que los sindicatos no plantearon alternativas y únicamente intentaron la vía "política", al solicitar una reunión del consejero delegado de Konecta con el consejero de Industria del Gobierno de Cantabria.
El abogado, que ha restado valor al informe de la Dirección General de Trabajo presentado por los sindicatos, ha asegurado que "sería una falacia intentar acreditar razones económicas porque no las hay".
Y ha presentado varias sentencias que según ha dicho avalan la postura de Konecta en este proceso, entre otras cuestiones en el sentido de que la unificación en un único centro de trabajo constituye una causa organizativa "suficiente". "No queremos despedir a la gente, queremos mantener el negocio", ha recalcado varias veces.
Por su parte, el abogado de Golden Line ha pedido la absolución de su empresa porque únicamente ha actuado en calidad de cedente y no ha tenido ninguna responsabilidad en la decisión del traslado, que se adopta por parte de Konecta -recuerda- con posterioridad al acuerdo de transmisión.