CANTABRIA.-Santander.- Las licencias de obra y actividad para ampliar la residencia San Cándido, en su recta final

Actualizado: lunes, 6 abril 2015 11:17

SANTANDER, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -

La tramitación de las licencias de obra y de actividad para la ampliación de la residencia de mayores de la Fundación San Cándido afronta su recta final.

En este sentido, el Ayuntamiento de Santander ha indicado que una vez emitidos los informes técnicos favorables por los servicios municipales de Urbanismo e Ingeniería Industrial se ha remitido al Gobierno de Cantabria para que emita el preceptivo informe de comprobación ambiental, como último trámite antes de la concesión de la licencia.

La residencia para mayores y centro de día de la Fundación San Cándido, que estará dotada con cocina y garaje, se ubicará en el número 13 de la calle Cajo.

Asimismo, la solicitud plantea la ampliación mediante la construcción de un nuevo edificio de 12.420 metros cuadrados, distribuidos en sótano, bajo y cuatro plantas, que se adosará al este de la actual edificación.

La Fundación San Cándido invertirá más de 10 millones de euros en la reforma y ampliación de su residencia de mayores en Cajo, que prácticamente duplicará las plazas disponibles en este centro, hasta acercarse a las 400.

En la actualidad, el edificio está distribuido en 5 plantas sobre rasante más bajo-cubierta. En la zona ampliada se realizará un sótano bajo rasante destinado fundamentalmente a aparcamiento, almacenes, vestuarios de personal e instalaciones.

Por su parte, en la planta baja se situarán las zonas comunes de la residencia (salones y centros de día), mientras que las plantas primera, segunda, tercera y cuarta se destinarán a habitaciones.

HISTORIA DE LA RESIDENCIA

La Residencia San Cándido, que se inauguró como Asilo de San Cándido en mayo de 1928 como un lugar para el recogimiento de inválidos de trabajo y paralíticos, fue financiada por Doña Emilia Herrera Vindel, que en testamento cerrado recogió su voluntad de crear una fundación benéfica particular para Asilo, que se instaló en la casa y finca de su propiedad, heredada de sus hermanos Adela y Cándido en Cajo.

Por expreso deseo de la promotora de este proyecto, el Asilo se denominó de "San Cándido", en memoria de su hermano y su padre, y encomendó su gerencia a las Hermanas Carmelitas Terciarias Descalzas que, posteriormente, pasarían a llamarse Carmelitas Misioneras.

En un principio, la casa, con capacidad para 22 asilados, fue un centro mixto que, tras la Guerra Civil, fue reservado sólo para mujeres.

En marzo de 1978 se puso en funcionamiento un nuevo edificio con capacidad para 131 personas, quedando entonces la casa de la familia Herrera Vindel como residencia de las Religiosas Carmelitas Misioneras.

Fue en diciembre de 1986 cuando entró en servicio un nuevo edificio anexo, con capacidad para 95 residentes, construido por la Fundación Marcelino Botín, en un terreno cedido por la Fundación San Cándido, quien asumió en exclusiva, en 2005, la gestión del centro.

Ese mismo año, en 2005, las religiosas que, desde sus orígenes y durante casi 80 años estuvieron al frente de la residencia, renunciaron a la gerencia del centro para ocuparse desde entonces de la realización de labores de pastoral y voluntariado.