Actualizado: jueves, 8 junio 2017 18:31

   Asegura que expuso a Sota que uno de los requisitos "más críticos" para la continuidad de la compañía era dicha renovación, pero no se hizo

   SANTANDER, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Santiago Real de Asua, socio de la empresa a la que en 2015 se encargó la reestructuración de Ecomasa para intentar su continuidad y que fue administrador único a partir de febrero de ese año, cree que el "factor fundamental" por el que se entró en concurso de acreedores fue porque el Instituto Cántabro de Finanzas (ICAF), dependiente del Gobierno de Cantabria, no renovó unas líneas de crédito por 2 millones que tenía avaladas, algo que transmitió al Ejecutivo entrante (PRC-PSOE) pero que no se hizo.

   Real de Asua ha sido este jueves uno de los comparecientes en la comisión de investigación que sobre el proyecto fallido Ecomasa, en el que se perdieron 18 millones de dinero público de la comunidad, que se está llevando a cabo en el Parlamento de Cantabria y donde hoy ha comparecido junto a Luis Meng Berenguer y José Antonio Álvarez Borges, representantes de diversas empresas que realizaron informes sobre la situación de la compañía en su último periodo.

   Además, ha comparecido José Manuel Muriel, representante de una empresa que el Gobierno de Cantabria estudió como alternativa a Hub Advisory para encargarle el proceso de reestructuración pero que fue rechazada por Ecomasa, y que, según ha dicho, no tiene "ninguna" información sobre la empresa.

   Real de Asua ha explicado que su empresa Hulf Advisory fue contratada en febrero de 2015 por la sociedad pública Sodercan, dependiente del Gobierno de Cantabria que ya estaba dentro de Ecomasa, para realizar un diagnóstico sobre la situación de la compañía y sus posibilidades de continuidad.

   Según el mismo ha explicado, la conclusión del diagnóstico determinó que el proyecto Ecomasa, que había arrancado a comienzos de 2013, estaba dos años después --y tras haberse ingresado ya 14 millones de dinero público-- en una situación "preconcursal", con "muchas dificultades" pero también con "muchos activos".

   Así ha señalado que, por ejemplo, entre esos activos había unas instalaciones fabriles "correctísimas", una gama de producto "correcta"; una penetración en los mercados "interesante" y una plantilla que estaba ya fabricando un producto que se vendía y que estaba "dispuesta a comprometerse y continuar".

   Con ese escenario, Hulf Advisory planteó una serie de "hitos" que se tenían que cumplir a la vez, y en un plazo de 4 meses, para que la empresa tuviera continuidad y evitara el concurso de acreedores, para lo que se precisaba --ha reconocido-- una reconversión que "no era fácil" y que, entre otros aspectos, pasaba por una reducción de plantilla de entre 35 y 40 personas porque su tamaño entonces no se ajustaba a la demanda de producto existente.

   Ha señalado que uno de los requisitos "más críticos" era la renovación de unas líneas financieras que estaban avaladas por el ICAF y así se lo transmitió, según ha dicho, a Juan José Sota, que iba a tomar posesión como consejero de Economía, Hacienda y Empleo tras el cambio de Gobierno regional --uno del PP por otro formado por PRC-PSOE-- tras las elecciones de mayo de 2015.

   Según ha expuesto Real de Asua, Sota le transmitió que la renovación de las líneas de crédito del ICAF "no dependía de él" puesto que era una ddecisión que requería autorización del Ministerio de Hacienda debido a que Cantabria había incumplido el objetivo de déficit.

   "Es lo que se nos trasmitió", ha dicho Real de Asua, quien ha explicado que en ese momento la viabilidad de la compañía "dependía de no entrar en concurso" de acreedores pero, según ha expuesto, la renovación de los créditos no llegó y la empresa fue a concurso.

   A preguntas de los portavoces de los grupos, ha asegurado que, al margen de esas explicaciones de Sota, "no tenía ni idea" de por qué el ICAF no había renovado las líneas de crédito.

   Por su parte, Álvarez Borges, socio de Aboll Auditores Asociados, ha explicado que su empresa fue contratada a mediados de 2014 por Ecomasa para realizar un informe sobre unas proyecciones de Tesorería en función de unas previsiones de ventas que le facilitó el director de la compañía, José Ramón Astarloa.

   Ha explicado que, a la vista de las pérdidas que acumulaba la empresa, Ecomasa "necesitaba mucho dinero" para resolver sus problemas.

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