AMP Peritos ven compatibles con abuso sexual las lesiones físicas y psíquicas de las niñas que denunciaron a su profesor

La directora del colegio de Valdeolea, donde R.A.M. trabajó el curso anterior, afirma que varios niños aseguran haber sufrido tocamientos

El profesor acusado de abusos sexuales a 10 niñas en el juicio
EUROPA PRESS
Europa Press Cantabria
Actualizado: miércoles, 22 mayo 2013 19:50

SANTANDER, 22 May. (EUROPA PRESS) -

Todos los peritos han confirmado este miércoles que las lesiones físicas y psíquicas que presentan las niñas que denunciaron a su profesor del colegio público Simón Cabarga de Santander son "compatibles con abusos sexuales".

Así lo han señalado una psicóloga, una médico de familia y una ginecóloga en la segunda sesión del juicio que celebra la Sección Primera de la Audiencia Provincial contra el acusado, R.A.M., para el que el fiscal pide 54 años de prisión por 10 delitos de abusos sexuales a menores de 13 años, siete de ellos continuados.

También ha declarado, entre otros testigos, la directora del colegio de Valdeolea (Mataporquera), centro en el que el acusado impartió clases en el curso 2009-2010 y donde, según ha explicado, varios niños aseguraron que el acusado les había realizado tocamientos.

Según han explicado la psicóloga, la doctora de cabecera y la ginecóloga, las lesiones que presentaban las menores del Simón Cabarga son psíquicas, como síndrome de estrés postraumático; y físicas, como vulvitis, dermatitis perianal o hematomas en la vagina.

La ginecóloga ha indicado que la niña que examinó tenía en la vagina un "moratón", realizado de una forma "directa y muy dirigida" y que "difícilmente" se pudo producir con un golpe. Según ha explicado, la niña le reconoció que "uno de sus profesores, después del comedor, la llevaba a un aula donde le cogía por el cuello fuerte y le tocaba por dentro de la ropa haciéndole daño".

Por otro lado, la médico de cabecera de otra niña, que además padece un trastorno del lenguaje y un síndrome en la sangre que afecta a su sistema inmunológico, ha señalado que "de enero a junio" la menor padeció vulvitis leve y una dermatitis en la zona perianal. La puso en tratamiento paliativo pero no fue hasta junio cuando estas patologías remitieron y no aparecieron "nunca más". Al igual que la anterior, ambas lesiones son "compatibles" con el abuso sexual, aunque la doctora "no sospechó" que fuesen por ello.

Sobre esta menor también ha hablado su madre, que ha advertido del cambio de comportamiento de la niña a lo largo del curso, en el que pasó de "encantarle" el colegio a estar "muy apagada, sin ganas de nada, triste, irascible e irritable".

LAS LESIONES "VOLVÍAN A SALIR"

La menor también se quejaba de "molestias en la zona vaginal y anal", unas lesiones que "cuando faltaba al colegio y no se quedaba al comedor mejoraban, y, en cuanto regresaba, le volvían a salir". Cuando esta madre se enteró de lo que sucedía en el colegio "directamente" lo relacionó con lo que le pasaba a su hija.

Por otro lado, la psicóloga que atendió a otras dos niñas ha explicado que la primera presentaba "ansiedad", se había vuelto "agresiva e irascible" y "no quería ir al colegio". La niña padeció infección de orina y, según le relató a la psicóloga, le había dicho a su madre lo que le pasaba en el colegio pero "la madre no la cree mucho y por eso se siente culpable". También le contó que el profesor "le tocaba las tetas y el culo y que si no se dejaba la castigaba de cara a la pared".

"También me dice que le pidió que le tocará el pito, pero ella se negó y él la castigó. Sin embargo, me cuenta que a otra niña también se lo pidió y sí lo hizo", ha relatado esta especialista, que ha determinado que la menor sufre estrés postraumático.

En el caso de la segunda niña, ésta pasó de ser "muy coqueta" a "no querer arreglarse, sólo ponerse chándal y no lavarse los dientes" y comenzó a "pedir de continuo dormir con su madre". Esta menor le cuenta a la psicóloga que "él la pedía que se sentase encima de él y le preguntaba si llevaba sus braguitas".

Esta niña "escenificó" ante la psicóloga que el acusado "le había tocado por dentro y le apretaba los genitales, mientras ella apretaba las piernas para evitarlo", así como que R.A.M. se sentaba "a horcajadas encima de ella y la hacía cosquillas" o que "la besaba en la boca con la lengua dentro". La psicóloga ha indicado que esta menor presenta estrés postraumático y experimenta "recuerdos, pesadillas y sueños".

COMEDOR Y DIRECCIÓN DEL CENTRO

También ha declarado la encargada del comedor, que ha reconocido que conocía estas clases y ha indicado que surgieron "poco a poco" y que "por supuesto" fueron una "idea" de R.A.M. Ha dicho que los menores subían en grupos de dos o tres y, excepto al principio, "siempre eran niñas" por lo que en "una ocasión" le preguntó al acusado "por curiosidad" y éste la explicó que iban mal en inglés.

A veces, ella le subía a niños que se habían portado mal en el comedor como castigo hasta que el acusado la dijo: "no me vuelvas a subir niños porque me dan muchos problemas", ha dicho la encargada, que también ha asegurado que "las niñas pequeñas querían subir constantemente con él" y ha negado que las mayores formasen un grupo y manejaran a otras, como afirmó el acusado en su declaración para argumentar que "es un montaje por todo lo alto".

Las menores declararon este martes que en ocasiones se habían dirigido a esta encargada de comedor para decirle que R.A.M. las tocaba pero ella lo ha negado. También ha señalado que veía "algo normal y corriente" que R.A.M. diese "voluntariamente" clases, sobre las que ella pensaba que la dirección estaba al corriente.

A este respecto, la entonces directora, ya jubilada, ha aseverado que no tenía "ni idea" de estas clases y ha manifestado que, cuando se enteró de los hechos, pensó: "conozco a esa niñas y sé que no mienten", al tiempo que se puso a su disposición para "escucharlas y ayudarlas en todo" y animó a los padres a denunciar.

En el marco de esta labor, algunas de las menores le relataron su caso y la directora ha destacado entre todos ellos uno que la dejó "horrorizada". "La niña me contó que R.A.M. le había tenido que limpiar las bragas porque se había manchado de sangre y las tuvo que lavar en el lavabo", ha señalado.

PRIMERO EN CONOCER LOS HECHOS

El secretario de dirección del Simón Cabarga, hoy director, fue el primero en conocer lo que estaba sucediendo. El viernes había recibido una llamada "extraña" del inspector preguntándole por R.A.M. y esa misma noche la madre de una alumna le telefoneó para contarle lo que le había ocurrido a su hija con ese docente.

"En esos momentos uno no encaja lo que está sucediendo porque no entiendes los tiempos y los espacios en los que ocurrieron los hechos", ha indicado, añadiendo que "me parecía increíble que eso estuviese sucediendo" y "me dejó con el corazón en la mano".

Durante el fin de semana se sucedieron las denuncias y, ya el lunes, el colegio y el inspector de Educación convocaron una reunión con los padres en la que éstos metían "presión a saco" para obtener información mientras que la Consejería les había avisado de que si tomaban "una actitud contraria a la de la Administración", luego se podían "ver desamparados".

Por su parte, el inspector ha explicado que llamó la mañana antes al Simón Cabarga por la información que había recibido de Mataporquera, anterior colegio del acusado, donde padres y alumnos se quejaron de "tocamientos abusivos" por parte de R.A.M., y al siguiente día, sábado, es cuando se entera de lo ocurrido en el centro santanderino.

El inspector ha indicado que el lunes por la tarde la Consejería ya había suspendido de sus funciones a R.A.M., pero no fue hasta el siguiente viernes cuando el Gobierno regional levantó la orden para que se pudiese informar de todo a los padres.

La directora del colegio de Valdeolea (Mataporquera) ha dicho que en su centro, en el que R.A.M. impartió clases en el curso 2009-2010, una madre denunció que "había tocado la barriga y el culo" a su hija, así como varios niños aseguraron que era "un cerdo" porque "les tocaba la barriga, el culo y algunas veces más abajo".

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