Actualizado: martes, 24 octubre 2017 19:17

   SANTANDER, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Eduardo Arasti, consejero de Industria y máximo responsable de Sodercan bajo el Ejecutivo de Ignacio Diego (PP), ha asegurado que Ecomasa era un proyecto promovido desde el Instituto Cántabro de Finanzas (ICAF), que dependía de su compañera de Gobierno y de partido Cristina Mazas y no desde Sodercan, que, a su juicio, solo "actuó como el médico al que se llama para restablecer a un paciente que está enfermo".

   Así lo ha afirmado durante su comparecencia en la Comisión de Investigación de Ecomasa en el Parlamento de Cantabria, en el que ha insistido en que "no era un proyecto" de Sodercan sino que fue el ICAF el "promotor" del proyecto, "el que lo estudió", el que firmó el convenio con los promotores privados del mismo que le dio luz verde, y el que "lo financió".

   En este sentido, ha señalado que cuando Sodercan entró en el proyecto Ecomasa en el verano de 2013, aportando 1,5 millones y haciéndose con un 30% del capital social, el ICAF ya había puesto 10 millones de euros de dinero público en este proyecto (5 en avales y 5 en créditos).

   Arasti ha explicado que Sodercan entró en Ecomasa a petición del ICAF, una invitación ante la que --ha reconocido-- "no dio botes" ni "saltos de alegría" porque sabía que era "un proyecto complicado" y "lleno de problemas".

   Sin embargo, ha señalado que Sodercan dio respuesta afirmativa a esta entrada, no "obligado", sino por "responsabilidad" y porque se consideraba que la entrada de esta sociedad pública en Ecomasa era "indispensable" para poder "enderezar" el proyecto, en el que ya se habían puesto 10 millones de dinero público del Gobierno y había 100 puestos de trabajo en juego.

   Arasti ha explicado que, a partir de entonces Sodercan, que entró a formar parte del Consejo de Administración de EWI (Ecomasa), se "involucró" e hizo "todo lo que pudo".

   El exconsejero ha relatado que Sodercan detectó que aquellos "problemas de consolidación", "puntuales" y "temporales" eran "estructurales" y "no se solucionaban con dinero solamente", sino que se precisaba tomar "medidas más importantes".

   De hecho, ha señalado que los representantes de Sodercan, en la Junta de Socios de Ecomasa del 3 de noviembre de 2014, hicieron constar que la empresa podía no cumplir con sus obligaciones de pago.

   Ha relatado que desde ese momento Sodercan tomó la decisión de contactar con José Manuel Muriel, experto en reflotar empresas en crisis; se cambió a los gestores de la empresa y se encargó la redacción de un plan de viabilidad.

   Arasti ha negado que en julio de 2014 la empresa estaba en quiebra, tal y como mantuvieron en comisión los administradores concursales, aunque ha reconocido que "probablemente" la situación era "más complicada" de lo que parecía.

   Y ha señalado que del plan de viabilidad que se elaboró para esta empresa lo que falló fue "la renovación de los avales del ICAF", que no llevó a cabo el Gobierno PRC-PSOE, algo que considera "verdaderamente sorprendente" porque dependía de la propia Administración.

LOS INFORMES

   Cuestionado por los informes que solicitó el ICAF antes de que se diera luz verde al proyecto para comprobar su viabilidad, Arasti ha insistido en que el ICAF era el "promotor" del mismo y el que era el competente en esa tarea.

   "El ICAF depende de la Consejería de Economía y Hacienda, no era dependiente de la Consejería de Industria. Yo no me metía en asusntos que no era míos", ha afirmado Arasti, que además de consejero y máximo responsable de Sodercan era miembro del Consejo Ejecutivo del ICAF como vocal.

   Sí ha opinado que los informes del ICAF fueron "suficientes". "Creo que hicieron (el ICAF) las cosas bien", ha afirmado Arasti, que ha insistido en que el fracaso del proyecto no fue por falta de esos informes.

   "Hay cosas que se pueden prever y cosas que no", ha afirmado el exconsejero, que ha opinado que el "problema" del proyecto Ecomasa fue que los dos pilares comerciales en que se susteban --sus cadenas de comercialización en Francia y Bélgica-- se "rompieron" y no pudo continuar tal y como estaba planteado inicialmente y era necesario "reformularlo".

   En la comisión, Arasti se ha referido a los motivos por los que en junio de 2014 los consejeros de Sodercan en Ecomasa abandonaron el Consejo de Administración de Ecomasa.

   Así, ha explicado que son "varias" las razones, entre ellas que a los consejeros de Sodercan "no les gustó" que ellos asumieran la "responsabilidad personal" que supone estar en un Consejo de Administración, en este caso el de Ecomasa, y no pertenecieran a él en miembros del ICAF cuando era el Instituto Cántabro de Finanzas el promotor del proyecto.

   Arasti ha señalado que los miembros del ICAF acudían al Consejo de Administración de Ecomasa como "invitados". "De invitados no tienes ninguna responsabilidad. Ese tipo de cosas no gustaron. A mí tampoco", ha dicho.

   Entre otras de las razones para que los consejeros de Sodercan abandonaran el Consejo de Ecomasa, ha citado también a las informaciones negativas que sobre el proyecto se publicaban en los medios de comunicación y también a la "falta de confianza" en los gestores de la compañía.

   Así, ha relatado que "la gota que colmó el vaso" fue que la empresa no les diera la información solicitada en marzo de 2014 sobre el destino de los fondos públicos aportados antes de la entrada de Sodercan.

   Tras la salida de esos consejeros, Arasti ha explicado que se nombró como sustitutos a un "controller" y a un auditor financiero para que controlaran el destino de los fondos que se aportaban desde Sodercan.

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