SANTANDER, 1 Feb. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, subrayó hoy la necesidad de "contagiar a todas las universidades" españolas del "espíritu innovador" y la "voluntad de apertura al exterior" que "encarnó desde su origen" la Universidad Internacional de Verano de Santander, hoy Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Durante el acto de celebración del 25 aniversario del Estatuto de Autonomía de Cantabria, en el que se entregó la Medalla de Oro de la Cámara a la UIMP, la ministra resaltó que la Universidad de Santander fue "una experiencia pedagógica innovadora", puesto que "constituyó un foro de debate abierto y multidisciplinar, que dio cabida a un amplio abanico de conocimientos".
Por ello, consideró que debe ser ejemplo hoy para otras universidades, ya que "la educación superior, la investigación y la innovación son determinantes para afrontar los retos de la globalización y de una sociedad basada en el conocimiento". Pero además, las universidades, a su juicio, han de ser capaces de "responder a las demandas de la sociedad y atender las necesidades de los ciudadanos" y deben "estrechar lazos con la sociedad".
"Con frecuencia las universidades y la sociedad se miran desde la distancia", de ahí la necesidad de "estrechar" sus lazos, apuntó Cabrera. Eso no sucede en cambio con la UIMP y Cantabria, entre las cuales "no hay distancia", como se demuestra con la entrega de la Medalla de Oro, agregó.
Desde su punto de vista, la sociedad "reclama a la universidad un mayor protagonismo en el desarrollo económico y social" y el Ministerio, "consciente" de ello, impulsa una política "ambiciosa" que pretende hacer a las universidades "más ágiles y flexibles para responder con eficacia a las demandas de la sociedad, como lleva haciendo durante décadas la Universidad Internacional Menéndez Pelayo".
En sus palabras, la UIMP es "un motor que impulsa y dinamiza la cultura y la economía de Cantabria" y también "una enseña de prestigio internacional" que "representa y sirve a todos los españoles", ya que, junto a la UNED, es la única universidad que depende directamente del Ministerio de Educación. Esa vinculación de su departamento con la UIMP lleva a la ministra a sentirse hoy, con la entrega de la Medalla de Oro, "tan orgullosa" de su cargo, como pocas veces podrá sentirlo, según reconoció.
"ESPÍRITU DE LA MAGDALENA"
De su lado, el rector de la UIMP, Salvador Ordóñez, tras recoger la Medalla de Oro del Parlamento cántabro, de manos de su presidente, Miguel Ángel Palacio, se comprometió ante todos los presentes -representantes del conjunto de la sociedad cántabra- a "extender el espíritu de La Magdalena más allá de las fronteras" de España y "hasta los confines de la tierra". "Confiad en que no os defraudaremos", señaló.
La Universidad Internacional Menéndez Pelayo y su sede de La Magdalena representan, a su juicio, "un espacio de libertad, un ámbito privilegiado para el debate intelectual, un lugar de encuentro para el pensamiento más actual", en el que prima "la fuerza de la razón, y no la razón de la fuerza, y en el que nadie puede ser acusado de delitos de pensamiento y libre expresión".
Ése es el espíritu de una universidad que "nació del consenso, del diálogo y la colaboración intergeneracional" y que se sustenta en la libertad como elemento "indisociable" de la creación del conocimiento.
Pero el "espíritu de La Magdalena, tuvo y tiene un precio", un precio que, según aseguró Ordóñez, pagaron Miguel de Unamuno y "muchos de los intelectuales que generosamente compartieron su saber en las aulas de La Magdalena" y fueron después víctimas del "mal de España", como "exiliados, desaparecidos, depurados, habilitados o jubilados forzosos".
Salvador Ordóñez recordó que también "pagó ese precio" uno de sus antecesores como rector de la UIMP, Ernest Lluch, "paradigma de universitario", que fue asesinado por ETA el 21 de noviembre del año 2000, "arrebatado por la mayor sinrazón de nuestros días".
A pesar de todo ello, ese mismo espíritu que ha llevado a muchos a pagar su precio, es "lo que aporta el prestigio del que disfruta" la UIMP "dentro y fuera" de España. En opinión del actual rector, si la Menéndez Pelayo "fuese valorada por la calidad de su profesorado y por los logros de sus alumnos, ocuparía un lugar destacado entre las universidades europeas".
MEDALLA DE ORO
La Medalla de Oro del Parlamento cántabro, que Ordóñez recogió como un reconocimiento a sus estudiantes, su personal de administración y servicios, sus profesores y los sucesivos equipos rectorales que la han dirigido, fue concedida a la UIMP por acuerdo del Pleno del legislativo regional el 18 de diciembre de 2006, con motivo del 75 aniversario de la universidad, fundada en 1932.
Se quiere así reconocer a "una de las grandes instituciones" existentes en Cantabria, que es "reconocida y respetada en todo el mundo" y que constituyó "un espacio de libertad que, durante demasiados años, no tuvo comparación en ningún otro lugar de España, un ámbito privilegiado para el debate intelectual, un lugar de encuentro para el pensamiento científico, humanístico más actual, de reflexión sobre las ideas y las corrientes creativas de vanguardia".
Según se recoge en el acuerdo de concesión de la Medalla, en sus 75 años de historia, la UIMP "atrajo a Santander y a Cantabria a los más importantes pensadores, científicos y creadores, vinculando así la comunidad autónoma con la comunidad internacional del pensamiento, con la sociedad del conocimiento, con lo más humano, en definitiva, que posee la humanidad".