Los cinco frescos de Luis Quintanilla estarán restaurados y expuestos en septiembre en la Universidad de Cantabria

Las obras, que permanecieron olvidadas durante décadas en un cine de Nueva York, se han presentado hoy

Europa Press Cantabria
Actualizado: viernes, 16 marzo 2007 14:02

SANTANDER, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los cinco frescos del artista santanderino Luis Quintanilla (1893-1978), que permanecieron olvidados durante décadas en un cine porno de Nueva York y han sido recuperados por la Universidad de Cantabria tras una larga y compleja operación de "rescate cultural", se han presentado hoy en el Paraninfo universitario de Santander, donde quedarán instalados de forma definitiva. La restauración de las obras, que se realizará 'in situ' en los próximos meses, estará concluida como muy tarde a mediados del próximo mes de septiembre.

Los frescos, que reflejan los horrores de la Guerra Civil española, han llegado a la capital cántabra "viejos, mayores y heridos", según Esther López Sobrado, historiadora del arte y una de las artífices de la operación, aunque su estado es mejor de lo que cabría esperar a la vista de los avatares que han sufrido. Por ello, su restauración no se prolongará más de tres meses desde su inicio, precisó el responsable de exposiciones de la UC, Javier Gómez.

Aún no se ha decidido el equipo de restauradores que se ocupará de la operación, a la que se han presentado tres ofertas, de fuera y dentro de Cantabria. En total, la recuperación de los frescos, incluida su rehabilitación y transporte, ha supuesto un coste de 140.000 euros, que se sufragarán con el mecenazgo del banco de Santander.

De esta cantidad, 100.000 dólares corresponden a la adquisición de las pinturas a su propietario, una cifra muy inferior a las reclamadas anteriormente por éste y que ascendían a 2,5 millones de dolares en 1990, año en que fueron localizadas las obras, y a 1,5 millones en 2005, fecha en que comenzaron las negociaciones, en las que también tomó parte el hijo del artista, Paul Quintanilla, a quien se debe parte de esta considerable rebaja.

Titulados 'Pain' (Dolor), Hunger' (Hambre), 'Destruction' (Destrucción), 'Fligth' (Huída) y 'Soldiers' (Soldados), los frescos fueron encargados a Quintanilla por el Gobierno de la República, para decorar el pabellón español de la Exposición Universal de Nueva York de 1939, aunque no llegaron a exponerse, debido al fin de la Guerra Civil y a la victoria de Franco, que no quiso que España participara en este evento y "menos" con una obra de un reconocido "antifascista" como Quintanilla.

RETABLO SOBRE LA GUERRA CIVIL

Realizadas sobre placas de hormigón, cuatro de las pinturas son apaisadas y la otra vertical, lo que indica que el artista concibió la obra como una especie de retablo, según López Sobrado. En ellas se refleja el "excelente dibujante" que fue Quintanilla y su sensibilidad a la hora de reflejar los sufrimientos de una contienda civil, en claro paralelismo con el 'Guernica' de Picaso, del que sin embargo se diferencia por su realismo a la hora de plasmar las figuras que en ellas aparecen.

El rector de la Universidad de Cantabria, Federico Gutiérrez-Solana, destacó la trascendencia de esta operación no sólo para Cantabria, sino para el patrimonio cultural español, y subrayó que se trata de obras de una "calidad artística indudable" de uno de los protagonistas de las artes plásticas del siglo XX.

Para Gutiérrez-Solana, se trata de un "gran legado", no sólo por su calidad pictórica, sino por lo que tiene de recordatorio de la "pérdida de valores universales" de la humanidad que supone una guerra, con sus "horrores" y "terribles pérdidas", plasmado todo ello con "sensibilidad extrema" por el pintor. Por este motivo, los frescos, "no sólo impresionan desde el punto de vista estético, sino ético, al mover a la reflexión", dijo.

El rector señaló que la figura de Quintanilla, las circunstancias y las peripecias vividas por su obra llevaron a la Universidad a la "convicción" de que era una "obligación" tratar de recuperar los frescos, operación culminada con éxito a principios de este año. En este sentido, manifestó su emoción por poder presentar unas obras de este nivel y que, una vez restauradas, van a marcar "un hito", dentro del patrimonio cultural tanto de Cantabria como de España.

Por último, agradeció la labor realizada, entre otros, por López Sobrado, que "puso en la pista de los oscuros rincores" donde se encontraban las pinturas, y la Fundación Bruno Alonso, que promovió la iniciativa de la que nació la idea de recuperar los frescos, una operación que ha supuesto "complicados y complejos" trámites administrativos.

HISTORIA DE UN RESCATE

Para López Sobrado, especialista en Quintanilla, hoy "culmina un sueño" que empezó hace 17 años con la aparición de las obras en el cine neoyorkino. En ese momento, inició gestiones para su compra con el Ministerio de Cultura, que no cuajaron debido al elevado precio reclamado por el dueño. Tras la gran repercusión del hallazgo en los medios de comunicación, españoles y norteamericanos, vino la desaparición de los frescos y su posterior olvido.

"Ya había tirado la toalla" cuando en 2004, debido a la presentación de un libro de memorias de Quintanilla, volvió a plantearse el tema, iniciándose una operación que culminó con éxito el 15 de febrero de este año, con la llegada de los frescos a Santander.

Para la especialista, el Paraninfo de la Universidad de Cantabria es "el lugar donde deben estar" estas obras, como sin duda hubiera querido el artista. "Nada mejor que los muros de una Universidad para mostrar el horror de la guerra", dijo.

López Sobrado definió a Quintanilla como marino, pintor, boxeador, dibujante, espía, autor teatral, ensayista, ilustrador... entre otras muchas facetas de un "extraordinario ser humano" y el pintor cántabro con "más valor histórico" en la época contemporánea. Además, destacó su formación y su compromiso con la época que le tocó vivir.

Una vida que transcurrió por distintas capitales europeas, donde adquirió su "bagage formativo", que le convirtió a partir de 1927 en uno de los más prolíficos autores de frescos. Por desgracia, sólo se conserva uno de ellos, titulado 'Mujeres', en el Museo Reina Sofía de Madrid, lo que da aún más valor a la obra ahora recuperada.

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