Dos investigadores vinculados a la UC han participado en el hallazgo de las pinturas rupestres de Askondo

Actualizado: jueves, 5 mayo 2011 20:30

SANTANDER, 5 May. (EUROPA PRESS) -

Dos de los tres arqueólogos responsables del hallazgo de las pinturas rupestres descubiertas en la cueva vizcaína de Askondo son doctores por la Universidad de Cantabria y desarrollan su labor investigadora en el Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de Cantabria (IIIPC).

Se trata de Diego Gárate y Joseba Ríos, según ha informado la UC en nota de prensa, tras hacerse pública esta semana la noticia del descubrimiento.

Joseba Ríos es, además, profesor asociado de Arqueología en la UC y, junto a Diego Gárate, participa en la docencia del Máster de Prehistoria y Arqueología del IIIPC y el Departamento de Ciencias Históricas.

Además, otros dos profesores e investigadores del IIIPC, César González Sainz y Manuel González Morales, han actuado como peritos para verificar la autenticidad del descubrimiento, ya que fueron convocados para ello por los servicios arqueológicos de la Diputación Foral de Vizcaya.

En la cueva de Askondo los investigadores han encontrado una decena de dibujos y grabados con unos 25.000 años de antigüedad, es decir, coetáneos a las primeras pinturas de la cueva cántabra de Altamira.

Los grabados y pinturas se realizaron en los períodos denominados Gravetiense o Solutrense, en el Paleolítico superior, hace entre 28.000 y 18.000 años.

El descubrimiento de esta nueva muestra de arte paleolítico se produjo "de forma casual" en enero, cuando tres arqueólogos desarrollaban un trabajo de investigación sobre poblamientos prehistóricos en la zona.

Los arqueólogos comprobaban si los yacimientos de los que tenían noticia estaban o no destruidos por efecto de la acción de las canteras en el siglo pasado.

Las pinturas de las cuevas de Askondo, en la localidad vizcaína de Mañaria, son bastante anteriores que las localizadas en otras cuevas de la zona, como las de Santimamiñe (14.000 y 9.000 a.C).

El nuevo hallazgo --una docena de dibujos de caballos y manos grabados o pintados en rojo-- en algunos casos no son característicos de la zona cantábrica y demuestra contactos con otras poblaciones de cazadores recolectores de los Pirineos.

Entre las representaciones encontradas en la cueva de Askondo destaca por novedosa la figura de un caballo, cuya parte delantera presenta la forma de morro de pico de pato, característica de esa época del paleolítico y que aparece en otras cuevas como Lascaux (Francia), Andalucía y Portugal.

También resulta inusual la existencia en la cueva de Mañaria de representaciones de manos, que no son características de País Vasco, aunque sí aparecen en otros yacimientos del Cantábrico.

Además, los arqueólogos han descubierto un hueso de animal hincado en la pared a dos metros de altura con connotaciones artísticas, que es típico del arte paleolítico encontrado en los Pirineos, y que "enlazaría a la población del lugar con cazadores-recolectores de esa otra zona.