Los guardias civiles acusados de agredir a un detenido niegan que entraran en los calabozos

Aseguran que el denunciante presentaba una conducta "agresiva" y "enrabietada"

Europa Press Cantabria
Actualizado: martes, 22 septiembre 2009 15:43

SANTANDER, 22 Sep. (EUROPA PRESS) -

Los dos guardias civiles acusados de agredir en 2002 a un detenido en el Cuartel de Camargo negaron hoy durante el juicio que llegaran a entrar en los calabazas, donde el denunciante aseguró que le habían insultado y empujado la cabeza contra la pared.

En la primera sesión del juicio ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria, los acusados rechazaron que hubieran agredido al denunciante, de quien coincidieron en destacar su conducta "agresiva", "enrabietada" y "enfurecida", con síntomas de haber consumido alcohol y "otras cosas".

Cada uno de ellos se enfrenta a una petición por parte del Ministerio Fiscal de sendas penas de seis meses de prisión y dos de inhabilitación para su cargo por estos hechos, por los que declarará mañana la víctima, a la que ninguna de las partes del proceso había pedido que declarara como testigo y que lo hará tras pedirlo la Sala.

El perito que compareció en la vista descartó que las lesiones oculares que presentó el denunciante pudieran corresponderse con los hechos que denunció, con que se le apretara la cara contra la pared. Según dijo el forense, si esto hubiera sido así, también hubiera tenido heridas en la nariz o en otras partes del rostro.

Los hechos sucedieron en 2002. Los agentes relataron que fueron llamados por la Policía Local de Camargo ante un "tumulto" en un bar. Cuando llegaron, había gente en la calzada de la calle principal de Maliaño, entre ellos, el denunciante, a quien tuvieron que reducir ante su comportamiento agresivo.

La Policía Local trasladó al hombre al Cuartel de Camargo, donde el detenido continuó con su actitud. Uno de los agentes explicó que trató de tranquilizarle en la sala de espera, antes de entrar en el calabozo.

Este guardia civil aseveró que sólo le vio en ese momento y al día siguiente, cuando acudió a declarar con su abogada. Entonces, renunció a prestar declaración y ni él ni su letrada hicieron ninguna objeción sobre el trato recibido en el cuartel.

Los dos acusados rechazan haber entrado en las dependencias del calabozo y apuntaron que el detenido participó en varios incidentes a lo largo de esa jornada, desde la pelea en el bar que dio origen a la intervención, hasta un conflicto con los policías locales, el tumulto o el traslado al cuartel.

Así, negaron que los gritos del detenido en el calabozo les hicieran "perder los nervios", como se les preguntó desde la acusación particular. En un primer momento, no se percibieron lesiones en el hombre, que no pidió la asistencia médica de la que le habían informado que tenía derecho, aunque horas después fue examinado en Valdecilla.

Además de a las penas de prisión e inhabilitación, el Ministerio Fiscal pide que indemnicen solidariamente a la víctima con la cantidad de 2.500 euros, y que se les imponga, a cada uno, el pago de una multa de 825 euros.

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