SANTANDER 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, sus obispos auxiliares, y el clero diocesano manifestaron hoy su profundo dolor ante la "trágica pérdida" del sacerdote cántabro Mariano Arroyo, al tiempo que deploraron las circunstancias de su muerte. El sacerdote diocesano de Madrid fue encontrado muerto ayer, apuñalado y quemado, en una de las habitaciones de la iglesia de Nuestra Señora de Regla, en Cuba, de donde era párroco.
"Mariano Arroyo era un magnífico sacerdote, cercano a los pobres, hombre profundamente religioso, entregado a su ministerio, que ha dejado siempre una profunda huella evangélica en cuantos le conocieron", señala el comunicado del Arzobispado de Madrid.
Desde esta institución se expresa a la familia de Arroyo su "unión en el dolor por la pérdida del ser querido, y en la esperanza cristiana de la vida eterna", y se pide a todos los diocesanos que eleven oraciones "por este buen sacerdote que entregó su vida al servicio de Cristo y de la iglesia hasta el final".
El cadáver del sacerdote será trasladado a España, donde recibirá sepultura.
BIOGRAFÍA
Mariano Arroyo había nacido en 1935 en la localidad cántabra de Cabezón de la Sal, y fue ordenado sacerdote, en 1960, en Comillas. De 1962 a 1968 fue misionero en Santiago de Chile. En 1969 se trasladó a Madrid, donde trabajó en la parroquia de María Mediadora hasta 1979, fecha en la que regresó a Chile. En 1983 pidió y le fue concedida la incardinación en la archidiócesis de Madrid.
Su trabajo misionero en América Latina lo ha desarrollado a través de la OCSHA. Tanto en sus estancias en Chile como en la diócesis de San Cristóbal de la Habana (Cuba), siempre estuvo integrado en los respectivos presbiterios diocesanos y a disposición del obispo de la diócesis.
En Cuba, el cardenal de La Habana le fue encomendando diversas tareas pastorales: en 1998, párroco de Nuestra Señora del Pilar, y en diciembre de 2004, rector y párroco del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Regla, donde permaneció hasta su muerte.
Asimismo, en La Habana fue asesor del Movimiento de Trabajadores Cristianos, y director del Instituto de ciencias religiosas 'Padre Félix Varela'. También formó parte del Consejo Nacional de Misiones.