SANTANDER, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Guardia Civil de Cantabria realizó un total de 6.661 controles de alcoholemia a conductores de vehículos durante la campaña sobre los efectos del alcohol en la conducción, puesta en marcha por la Dirección General de Tráfico (DGT) del Ministerio del Interior que ha tenido lugar entre los días 11 y 17 de julio.
El número de resultados positivos fue de 88, de los que 71 fueron denuncias y en 17 casos se levantaron diligencias judiciales por superar la cantidad de 0,60 mg. alcohol por litro de aire espirado.
Los resultados de la campaña de control de alcoholemia en estas fechas, en que se producen un mayor número de desplazamientos debido a la época veraniega y las numerosas localidades que celebran fiestas, son similares a los de la campaña anterior, con un porcentaje de positivos del 1,3% de los conductores.
Sin embargo, las pruebas realizadas en esta ocasión fueron 3.116 más que el verano anterior.
De las 6.661 llevadas a cabo, 6.203 fueron llevadas a cabo en los controles de carretera, 378 a conductores que había cometido alguna infracción y 80 a aquellos que habían participado en un accidente.
De los 88 conductores que dieron positivo en los controles, 17 superaron la tasa de 0,60 por lo que los agentes realizaron el correspondiente atestado para el juzgado donde pueden ser acusados de un delito.
Por otro lado, 82 de los positivos fueron detectados en los controles de alcoholemia, 5 tras cometer los conductores una infracción y en 1 casos fueron sometidos al control tras un accidente.
Además, ninguno de los conductores se negó a realizar la prueba de alcoholemia ni tampoco solicitó otra prueba alternativa de alcoholemia mediante la extracción de sangre.
El delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez, ha mostrado su "satisfacción por el trabajo y el esfuerzo realizado durante la campaña por los miembros de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil de Cantabria, así como por las patrullas rurales y los agentes de las policías locales de los ayuntamientos más importantes", e insistió en que el objetivon es "concienciar a los conductores del peligro que entraña conducir habiendo consumido alcohol, pues no solo supone un riesgo para uno mismo sino para el resto de conductores y usuarios de las vías".
El Código Penal castiga con la pena de prisión de tres a seis meses o a la de multa de seis a doce meses y trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días, y, en cualquier caso, a la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por un tiempo superior a uno y hasta cuatro años, el que condujere con una tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60 miligramos por litro o con una tasa de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro.
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