Tres años y medio de prisión a un hombre que raptó a una menor cuando jugaba

Actualizado: jueves, 22 marzo 2012 14:47

La llevó al habitáculo de una casa en una estación de tren de la que la menor escapó

SANTANDER, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Juzgado de lo Penal número 3 de Santander ha condenado a tres años y medio de prisión a M.E. por raptar, cuando estaba jugando, y retener en un habitáculo a una menor, del que la chica, de 13 años, acabó escapando.

Los hechos sucedieron en julio de 2011. El condenado, con antecedentes y condenas previas, se acercó a la menor, que salía del colegio y se dirigía a su casa, y ,agarrándola fuertemente de la cintura, la llevó a rastras hasta un habitáculo en una casa en la estación de tren de Santa Cruz de Iguña.

Allí la retuvo en contra de su voluntad, pero la menor escapó, aprovechando un descuido de su raptor, cuando este salió de la habitación, quedando la puerta abierta. Entonces ella se marchó sin que él se diera cuenta en ese momento.

Como consecuencia del incidente, la menor sufrió síntomas psicológicos, ansiedad y trastornos alimentarios, con miedo a salir sola de casa y sin comer bien desde entonces.

La sentencia destaca la "claridad" con la que, pese a la "tensión" del juicio, la menor relató los hechos por los que había pasado, llegando a describir con detalles el camino por el que la llevaba su raptor, al que no vio la cara.

Estando en el habitáculo, su madre la llamó por teléfono, pero ella lo tenía en silencio y temía sufrir algún daño si lo cogía.

El condenado, mientras tanto, caminaba de un lado a otro, "como esperando a alguien", hasta que le vio salir de la habitación y escuchó como bajaba las escaleras. La puerta había quedado abierta, así que la chica aprovechó que la puerta quedó abierta para dirigirse "corriendo" a su casa.

En ese momento sí le vio la cara, y luego contó a su padre, que la había estado buscando, al no encontrarla en el colegio, que el acusado, que trabajaba en la cocina del establecimiento en el que también trabajaba la madre.

El procesado es de nacionalidad marroquí, con residencia legal. Un vecino, también de esta nacionalidad, fue quien ayudó ese mismo día al padre a examinar la casa en la que había estado retenida su hija.

El acusado alegaba estar fuera de Cantabria en esos momentos, y también negó que tuviera las llaves de esa casa en la que había vivido antes con un primo.

Se rechaza su versión, por lo que se le condena por un delito de detención ilegal, a tres años y medio de prisión, e indemnización en 2.000 euros a la menor, pero no a su expulsión del territorio nacional, dado que su residencia era legal en España.