El arzobispo de Toledo pide "una sana laicidad", "que no resuciten los viejos problemas" y "amplitud de miras"

TOLEDO, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -

El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez Plaza, pidió hoy que San Ildefonso, patrón de la capital regional, "nos conceda vivir una sana laicidad, una mutua cooperación, que no resuciten los viejos problemas; que tengamos amplitud de miras" y "ninguna aceptación de la violencia y el terrorismo".

En la homilía de la misa celebrada por el rito Hispano-Mozárabe en la Catedral Primada, con motivo de la celebración de la fiesta de San Ildefonso, el arzobispo demandó, además, "poca resignación ante situaciones injustas que traen tribulación y dolor a los más pobres, cuidado y defensa de la vida y de la tierra, y, como católicos, participar de los sentimientos de Cristo Jesús".

Tras citar unos versos de Gonzalo de Berceo, referidos al patrón, se mostró servicial con los fieles, tal y como la iglesia de Toledo "quiere dar y puede ofrecer a esta sociedad toledana y extremeña: el valor de la fe católica", y el "del servicio a los pobres y a la belleza que nos permite una vida humana digna y atrayente, que respeta el orden del estado de derecho de democracia parlamentaria en la monarquía constitucional; lo cual no significa callarse ante desmesuras o excesos que puedan acontecer entre nosotros", dijo.

"Son muchas las cosas a pedir para nuestra ciudad --precisó-- y para esta Archidiócesis de Toledo: el bien común, la paz y la concordia, la valentía para solucionar cuantos problemas tengamos, la audacia para atender a cuantos sufren", destacó don Braulio Rodríguez, que pidió que los méritos de san Ildefonso, el señor "nos limpie de todo pecado y podamos alegrarnos.

Además, pidió también que "a todos los que aterroriza el miedo, aflige la carencia de alimentos, veja la tribulación, abruman las enfermedades, a todos los cargados de deuda y sometidos a cualquier tristeza nos libere la indulgente piedad de Dios y nos reconforte su misericordia cada día".

A la Santa Misa asistieron el alcalde, Emiliano García-Page; el delegado de la Junta en Toledo, Fernando Mora; el vicepresidente de la Diputación, Gustavo Figueroa, y distintos miembros de la Corporación municipal, junto a otras autoridades civiles y militares.