Cerca de 200 pacientes se benefician del Código Ictus Extrahospitario

Código Ictus
Foto: EUROPA PRESS/JCCM
Actualizado: jueves, 29 octubre 2015 10:45

TOLEDO, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -

   Cerca de 200 pacientes con infarto cerebral se han beneficiado en Castilla-La Mancha, hasta el mes de junio de este año, de la activación del Código Ictus Extrahospitalario, un protocolo que tiene como objetivo mejorar la atención inmediata de los pacientes que sufren esta patología, que se produce como consecuencia de una repentina interrupción del riego sanguíneo en una parte del cerebro, ocasionando una destrucción rápida de las neuronas afectadas.

   En el año 2014 fueron atendidos 1.039 casos de accidentes cerebrovasculares por las unidades asistenciales avanzadas de la Gerencia de Urgencias, Emergencias y Transporte Sanitario del SESCAM (UVI móviles y helicópteros sanitarios), movilizadas desde el Centro Coordinador del 112, de los cuales, se activaron 274 como Código Ictus por cumplir los criterios de inclusión en el programa, ha informado la Junta en nota de prensa.

   El tratamiento precoz del ictus es fundamental para mejorar la supervivencia y reducir las secuelas de los pacientes. El Código Ictus Extrahospitalario es un procedimiento sanitario coordinado entre Atención Primaria, los Servicios de Emergencias y los hospitales que permite la rápida identificación, notificación y traslado de los pacientes con ictus agudo a los hospitales preparados para tratar esta patología, cuyo pronóstico depende del tiempo en el que se recibe el tratamiento.

   El protocolo se activa cuando se produce una llamada al 112, en la que se informa de un posible accidente cerebrovascular. Mientras una unidad de la Gerencia de Urgencias y Emergencias con soporte vital avanzado se dirige al lugar del incidente para realizar la primera valoración del paciente, el Centro Coordinador del 112 se pone en contacto con el hospital acreditado más cercano para solicitarle un preaviso hospitalario e informarle de las características del paciente.

   Simultáneamente, mientras se asiste y traslada al paciente, el neurólogo del hospital de destino pone en marcha el proceso intrahospitalario de diagnóstico y preparación del tratamiento médico. Desde hace años se dispone de un tratamiento eficaz para esta patología mediante la administración de un fármaco o una intervención a nivel vascular que resuelve la obstrucción que se ha creado en los vasos sanguíneos cerebrales, minimizando de esta forma la lesión cerebral residual.

   Actualmente, la limitación de este tratamiento es el tiempo, ya que la máxima eficacia se consigue con la administración del trombolítico durante las cuatro horas y media posteriores al comienzo súbito de los síntomas.

   Para que la activación de este protocolo ofrezca los resultados esperados es necesario un importante ejercicio de coordinación. Por un lado, se requiere que el ciudadano pueda reconocer los síntomas con precocidad, que llame de forma inmediata al 112 y que desde allí se envíe el recurso más adecuado y cercano para poder trasladar con calidad al enfermo.

   En este sentido, los expertos consideran primordial concienciar a la población de que ante los síntomas básicos del ictus que puedan apreciar, como la alteración brusca de la forma de hablar (disartria), alteración brusca de la fuerza (paresia o parálisis), y la boca torcida (desviación de la comisura bucal), llamen al 112 para poner el proceso en marcha.

   Desde que se puso en marcha el Código Ictus en Castilla-La Mancha, en el año 2009, los criterios de inclusión en el programa han evolucionado hacia la ampliación, de tal manera que factores como la edad avanzada ya no son limitantes para la administración del tratamiento farmacológico.

   La inclusión de un paciente en el Código Ictus no sólo implica una reducción de la mortalidad, que puede ser de aproximadamente un 25%, sino que se estima que se reducen los cuidados institucionales y las complicaciones en aproximadamente un 40%, se llega a una recuperación completa o con síntomas menores, sin discapacidad, en el 40% de los casos, y una independencia del paciente para las actividades de la vida diaria, en el 51% de los casos. Es decir se puede mejorar en la calidad de vida de los pacientes.

   Si bien el tratamiento trombolítico es la medida terapéutica más potente en los casos indicados de ictus, está demostrado que la atención en unidades específicas reduce la mortalidad de los pacientes. Estas unidades son organizaciones multidisciplinares de especialistas y equipo de enfermería propio específicamente formado, coordinadas por Neurología y destinadas al diagnóstico y tratamiento específico de esta patología, con una localización geográfica exclusiva definida dentro del hospital y con protocolos de actuación específicos y servicios diagnóstico-terapéuticos disponibles las 24 horas del día.

   Actualmente, Castilla-La Mancha cuenta con dos Unidades de Ictus y referencia para tratamiento endovascular, ubicadas en los Complejos Hospitalarios de Toledo y Albacete.

   Pero además, esta Comunidad autónoma dispone de Equipos de Ictus, grupos multidisciplinares de especialistas coordinados por un neurólogo que, sin disponer de una estructura geográficamente delimitada, colaboran en el diagnóstico y tratamiento del paciente con ictus y que cuentan con protocolos de cuidados sistematizados. Estos equipos funcionan en los Hospitales de Alcázar de San Juan, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Talavera de la Reina.

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