Detenido en Burgos un falso revisor del gas por varios hurtos en domicilios, que residía en Toledo

Actualizado: jueves, 10 abril 2014 14:38

VALLADOLID/TOLEDO, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -

Efectivos del Cuerpo Nacional de Policía han detenido en Burgos a un joven de 22 años, con antecedentes y cuya identidad responde a las iniciales A.M.M, por varios hurtos en domicilios, según han informado a Europa Press fuentes de la Subdelegación del Gobierno.

Las investigaciones han permitido constatar que el detenido formaba parte de un grupo, junto con otros cuatro varones y una mujer, todos residentes en una misma localidad de Toledo, desplazados esa misma mañana en dos vehículos hasta Burgos capital.

Los hechos se conocieron cuando una llamada al teléfono 091 avisó de que un individuo, que se había presentado en un domicilio del centro como revisor del gas, había logrado acceder a la vivienda engañando a una persona de avanzada edad, a quien le había sustraído numerosas joyas que guardaba en una de las habitaciones.

Gracias a las características físicas y de vestimenta facilitadas, un dispositivo policial permitió localizar al sujeto cuando se encontraba dentro de un coche. En el cacheo le fueron ocupadas joyas de la víctima y otras cuya procedencia no pudo justificar.

La Policía identificó en las proximidades a otro individuo al que no pudo vincularse inicialmente con los hechos, por lo que no se le detuvo. Sin embargo, luego se pudo establecer que formaba parte de un grupo que estaba realizando este tipo de actividad delictiva en Burgos desde hacía varias semanas, por lo que se han iniciado las gestiones para su detención.

La mujer solía llamar por teléfono a los domicilios para anunciar la visita de los falsos revisores y conseguía de ese modo engañar a los vecinos, casi siempre personas de avanzada edad, que también tienen problemas para identificar posteriormente a los autores.

Por eso, de los ocho hurtos denunciados en Comisaría, sólo en dos casos se ha producido el reconocimiento fotográfico.

INTENTO DE COBRO

En una vivienda pretendieron cobrar 375 euros por el trabajo realizado, aunque no lo consiguieron pese a las amenazas a la víctima de cortarle el suministro, con el fin de que buscara el dinero que no tenía en casa. Gracias a no disponer de efectivo, evitó ser víctima de los ladrones.

Estos visitadores, para que les permitan el acceso a la vivienda, coaccionan a sus víctimas con cortarles el suministro de la luz o el gas.

Una vez dentro, suelen cambiar alguna tuerca o pieza similar de las calderas, sin ser necesario, para justificar una elevada factura por sus servicios.

Pero además, no pierden la ocasión para visitar otras habitaciones de la casa, conminando a las víctimas a permanecer en la cocina con alguna instrucción a seguir, por ejemplo abriendo y cerrando las llaves de paso o del grifo. Mientras tanto, sustraen las joyas y el dinero que encuentran.

Estos grupos suelen ser itinerantes y se desplazan cada día a diferentes ciudades, regresando a su lugar de procedencia al final de la jornada.

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