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TOLEDO 3 Dic. (EUROPA PRESS) -
Cáritas y Fundación Foessa han presentado este miércoles el IX Informe sobre exclusión y desarrollo social en Castilla-La Mancha, un estudio que determina que la exclusión social afecta al 20% de la población de la región y que fija la "brecha generacional" como una de las claves de la construcción de una "sociedad desigual", con la vivienda y el empleo como "ejes articuladores" de la exclusión.
Así lo han puesto de manifiesto en rueda de prensa el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves; la presidenta de Cáritas en la región, Rosa García, y la técnico de la Fundación de Estudios Sociales y Sociología Aplicada (Foessa), Marina Sánchez.
Según ha explicado Marina Sánchez, la exclusión social ha aumentado y ya afecta a 428.000 personas en la región, poniendo de manifiesto la "gran paradoja castellanomanchega" por la que la recuperación del empleo no se traduce en una reducción de la exclusión social.
De esta manera, aunque entre 2018 y 2024 el número de personas ocupadas se ha incrementado en un 11,7% en la región, el "estancamiento de los salarios en términos reales", así como el precio de la vivienda y la precariedad laboral, hacen que "trabajar ya no garantice la inclusión social".
Una afirmación que, según Sánchez, se refleja en otro dato del informe de Foessa, ya que aunque entre 2018 y 2023 el sueldo medio creció un 14%, los salarios en euros reales se han reducido en un 3,6%.
Todo esto hace que en Castilla-La Mancha se observe "un retroceso de las situaciones más favorables", las de "integración plena" y que, aunque mejore la dimensión laboral y la del consumo se mantenga "prácticamente estable", empeoren el resto, como son la vivienda, la educación, la salud, el conflicto y el aislamiento social "y especialmente la dimensión política".
"NO FALLAN LAS PERSONAS, FALLA EL SISTEMA"
La técnico de Fundación Foessa ha puesto el foco en que, además, "no fallan las personas, falla el sistema", desterrando "el mito de la pasividad de las personas en situación de pobreza y exclusión". "Esa idea de que viven de prestaciones sociales sin buscar soluciones o emprender acciones para su inclusión es falsa, tal y como lo demuestra la evidencia", ha manifestado.
En este sentido, Marina Sánchez ha apuntado que "la mayoría de hogares en exclusión trabajan o buscan empleo, estudian, se forman, activan redes y siguen planes de inclusión" pero "chocan con barreras estructurales".
Así, apunta que tres de cada cuatro hogares en exclusión severa activan estrategias de inclusión "pero se topan con dispositivos fragmentados" y con recursos "escasos y muy poco personalizados".
LA VIVIENDA, EPICENTRO DE LA EXCLUSIÓN
Sánchez ha vuelto a insistir en la vivienda como un "epicentro" de la desigualdad, aseverando que el 22% de la población castellanomanchega está afectada por algún rasgo de exclusión residencial.
En este punto, ha hecho hincapié en que los precios de compra y alquiler crecen "mucho más rápido que los salarios", apuntando que entre 2018 y 2024 el Índice de Precios de la Vivienda subió un 23%, "una cifra muy lejana al incremento de los salarios".
Unas cifras de riesgo que aumentan aún más en el caso del alquiler, donde según el informe el 47% de las personas que viven en este régimen están en riesgo de pobreza.
Todo esto se refleja en que 89.000 hogares de la región destinan tantos recursos al pago de la vivienda y los suministros que "una vez pagados, se quedan por debajo del umbral de la pobreza severa".
C-LM REDUCE LA COBERTURA DE RENTAS MÍNIMAS
Por otra parte, Marina Sánchez ha afirmado que el sistema de garantía de ingresos en la región "no está a la altura de las necesidades" ya que, aunque el Ingreso Mínimo Vital (IMV) ha ampliado su cobertura, solo llega al 51% de las personas en pobreza severa de la Comunidad Autónomo.
Una brecha que se justifica en que el 64% de los hogares en pobreza severa no ha oído hablar de este ingreso. "La brecha no es solo administrativa, es informativa", ha puntualizado.
En todo caso, ha criticado que Castilla-La Mancha se ha situado entre las comunidades autónomas que "han aprovechado la introducción del IMV para reducir la cobertura y el gasto de su sistema de rentas mínimas".