CIUDAD REAL, 9 Ene. (EUROPA PRESS)
Una mujer de Socuéllamos (Ciudad Real), Amparo Calleja López, de 51 años, negó hoy haber matado a su marido, Juan José Mena Zarco, envenenándole con productos fitosanitarios que el utilizaba para sus labores agrarias y achacó su fallecimiento, el 28 de abril de 2000, a problemas derivados de la diabetes que padecía.
El juicio contra esta mujer, para la que el fiscal y la acusación particular piden 19 años de cárcel por asesinato y año y medio por falsificación de documento mercantil, se inició en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, con la audición de varias grabaciones telefónicas ordenadas por el juez y la declaración de la propia inculpada.
Durante la misma, Amparo Calleja negó en todo momento que ella hubiera suministrado el producto --con una base de arsénico y muy tóxico-- a su marido, de manera continuada y disuelto en la comida y los líquidos que ingería, hechos que supuestamente ocurrieron en las semanas finales de 1999 y los primeros meses de 2000.
La acusada, por otro lado, indicó que las numerosas veces que su marido fue ingresado en ese tiempo en el Hospital "La Mancha Centro", de Alcázar de San Juan, presentando cuadros de mareos y de vómitos, se debía a que se encontraba mal a consecuencia de la diabetes que padecía, enfermedad que, a su juicio, fue la que le llevó a la muerte.
Por otro lado, la mujer también negó que hubiera falsificado la firma de su marido, mientras éste estaba ingresado a punto de morir para poder acceder a una cuenta corriente, a la que sólo tenía acceso él, donde se guardaban todos los ingresos y ahorros de la familia, e insistió en que fue el hombre el que le autorizó a ello.
La apertura de esta cuenta corriente y la clausura de otra, a la que también tenían acceso la mujer y una de sus hijas, fue, según la versión del fiscal, el hecho que motivo que la mujer comenzará a envenenar a su marido, motivada por la gran contrariedad que le produjo la decisión.
VIO LOS BIDONES.
La procesada, en todo caso, reconoció que había visto dos de los bidones con los productos fitosanitarios para el campo, pero rechazó que hubiera utilizado contra su marido parte del contenido de uno de ellos que fue localizado por la Guardia Civil abierto y con litro menos.
Durante la primera sesión del juicio, asimismo, se han escuchado varias grabaciones realizadas con permiso judicial, entre las que destacan las llamadas a un línea telefónica de videncia y tarot en las que pedía que se le adelantara lo que le podía pasar en el proceso que tenía en marcha, llamadas por las que llegó a pagar facturas de hasta 2.400 euros.
Por su parte, el abogado de la defensa, que pidió la libre absolución para la mujer, por considerar que no existen pruebas que confirmen los delitos que supuestamente cometió, impugnó varias pruebas de las acusaciones, entre las cuales están las grabaciones telefónicas, dado que entre ellas hay conversaciones entre abogado y defendida, dos registros llevados en la casa sin permiso judicial, aunque sí con la aquiescencia de la dueña y sus familia, y una prueba forense que no estaba contemplada en las primeras actuaciones.
El magistrado, sobre este tema, dijo que se pronunciará en la sentencia que se mita tras el juicio que, en principio, está previsto que dure hasta el próximo viernes.